Se publica el más singular de los libros que se hayan escrito al respecto. Su autor es Craig Brown y el libro se titula One Two Three Four. The Beatles in Time. Lo componen 150 viñetas extraídas de innumerables libros. El chiste es el ojo selectivo de Brown para lograr un “mosaico biográfico” con lo que parecieran aserrines. Por caso, en vez de emplear muchas páginas para describir las personalidades de los Beatles Brown registra una anécdota mientras filmaban Help! en Salzburgo. Al actor Victor Spinetti le dio gripa y lo confinaron en su cuarto de hotel. Los Beatles fueron a verlo de uno en uno. George Harrison tocó, entró y dijo: “Vengo a acomodarte tus almohadas. A todo enfermo en cama hay que acomodarle las almohadas”. Lo hizo y se fue. John Lennon entró después marchando de un lado a otro y gruñendo: “Siegheil! Schweinhund! Llegaron los doctores. Van a hacer experimentos contigo. Siegheil! Heil Hitler!”. Y se fue. Entró Ringo Starr, se sentó al borde de la cama, tomó el menú del hotel y leyó en voz alta, como quien le lee a un niño: “Había una vez tres osos. Mamá oso, Papá oso y Bebé oso”. Y se fue. Paul McCartney solo entreabrió la puerta para preguntar: “¿Se contagia?”. “Sí”, amenazó el enfermo. Paul cerró la puerta y se fue: “Era el pragmático, como siempre. Sabía que si a él o a los otros les daba gripa no habría filmación”.
Puse un ojo particular donde se mencionan escritores. Supe que W. H. Auden oyó repetidamente “Eleanor Rigby” sin saber que el poeta Thom Gunn la había comparado con su balada “Miss Gee”; y que la misma canción fue del gusto de Ezra Pound cuando Allen Ginsberg se la tocó. Mi sorpresa vino al enterarme de cuánto los detestaba Anthony Burgess. Los fue atacando desde el inicio y al cabo diseñó un círculo del infierno solo para ellos con un tormento musical más allá del que figura en La naranja mecánica; ahí, junto con otras torturas físicas, los Beatles tendrían en un tocadiscos a 45 rpm “a un Ringo eterno con su batería en el tímpano”.