1. Fidel Castro consideraba a los homosexuales un lastre social y agentes de corrupción moral. Decretó que no hubiera homosexuales en ninguna institución del Estado, es decir en toda Cuba.
El 13 de marzo de 1963 durante un acto en la Universidad de La Habana Fidel Castro dijo: “Por ahí anda un espécimen, otro subproducto que nosotros debemos combatir… muchos de esos ‘pepillos’ vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos, algunos de ellos con una guitarrita en actitudes ‘elvispreslyanas’. Y han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a unos sitios de concurrencia pública, a organizar sus ‘shows feminoides’ por la libre… todos son parientes, el lumpencito, el vago, el ‘elvispreysleano’… Que no se crean esos ‘pepillos’ que las calles de La Habana son las de Miami”. [Luis de la Barreda Solórzano: El escándalo de la homofobia. Crónica de una represión milenaria. Trilce, UNAM, Programa Universitario de Derechos Humanos, UATx, UDG. México, 2023].
2. En 1971 Fidel Castro cerró el Congreso de Educación y Cultura con esta sentencia para los homosexuales (“enfermos de patología social”): “Vivirán pero no pervertirán”… Por otra parte, el Che Guevara opinaba que los homosexuales son gente enferma que debe dejar el paso al hombre nuevo, políticamente sano, producto de la Cuba comunista. Hay aquí varios niveles de ironía íntima… Che Guevara acabó siendo el nombre de una boutique de South Kensington en Londres aunque ni una sola de sus clientas sabe qué quiere decir su nombre que pronuncian, lo juro, Qué Güevera. “Hombre Nuevo” es una marca de tejanos que usan lo mismo mujeres y varones. Mientras tanto, en Cuba se prohibió definitivamente el uso de pantalones ajustados por ser moda imperialista y reaccionaria. En Nueva York se le dice “Castro” a un bisexual. Ironía última: el centro del mundo homosexual se halla hoy en una calle de San Francisco: Castro Street. ¿Gay? Sí. [Guillermo Cabrera Infante: Mea Cuba. Vuelta, México, 1993].