En gira relámpago, AMLO aterrizó en Lerdo, Durango, para “conversar (sic)” con los opositores a su mega proyecto “Agua Saludable para La Laguna.
Llegó de Jalisco, donde decidió -sin socialización o consenso públicos- otro tema medioambiental álgido:
no incrementar la altura de la cortina de la presa El Zapotillo para satisfacer sólo el abasto de la Zona Metropolitana de Guadalajara pero no, la de León, Guanajuato.
1er mensaje de autoridad: el presidium.
Estaban AMLO, los gobernadores de Durango y Coahuila, el director de Conagua, el presidente del grupo LALA y ocho de los nueve presidentes municipales beneficiados por el proyecto amloista.
¿Dónde estaban los ambientalistas u opositores a dicho proyecto? Sentados en las últimas filas del evento.
2º mensaje de autoridad: los discursos (menos uno).
El discurso de José Rosas Aispuro -gobernador de Durango- fue tan cuatroteista que anticipó la entrega de su estado a Morena en las elecciones de 2022.
Sólo faltó que, el apodado Güero, sacara su cajón de bolear para sacarle brillo a los zapatos de un cansado AMLO y que éste le dijera; “qué queden bien brillositos o me hace descuento, joven”.
Miguel Riquelme demostró a su vecino, que con inteligencia política, es posible dar apoyo al proyecto amloista sin perder la dignidad de su investidura, al sugerirle la importancia de escuchar -en serio- las distintas voces -por dispares que sean- para fortalecer la legitimidad del proyecto.
Y le compartió sus experiencias exitosas de diálogo público: Paseo Morelos, Centro de Convenciones, la Jabonera, la Línea Verde, etcétera.
Para cerrar, Miguel precisó la importancia de socializar el proyecto para informar e integrar a los actores sociales y políticos de la Comarca Lagunera.
(Continuará mañana).
