En 1955 las mujeres ejercieron el voto por primera vez; el fin de semana pasado, casi siete décadas después, pudimos emitir voto por una congénere en las actas.
En la historia del voto en México, con más de dos siglos de antecedentes, la participación excluía a las mujeres de ejercer este procedimiento. Este año por primera vez que tuvimos candidatas mujeres a la presidencia de la nación, hecho que por sí mismo habla de las desigualdades que aún vivimos las mujeres y de la necesidad de la lucha por el reconocimiento y defensa de nuestros derechos. La lucha por los derechos de las mujeres en Hidalgo recientemente nos ha brindado la despenalización del aborto, gracias a estrategias de incidencia política y social y la movilización de miles de mujeres a lo largo de décadas.
De manera histórica las mujeres que defendemos esta contienda hemos sido señaladas, perseguidas, criminalizadas y estigmatizadas por no cumplir con uno de los principios de la feminidad: la sumisión. La narrativa de muchos medios de comunicación, de la sociedad e, incluso, de instituciones de gobierno y funcionarios públicos, alimenta la postura polarizada de que existimos las mujeres buenas y las malas, partiendo del desconocimiento de nuestras realidades e invalidando nuestros esfuerzos que difieren de sus prejuicios. La elección de una mujer como presidenta en México es un acontecimiento histórico que tendrá múltiples impactos en diferentes ámbitos. Aunque la militancia que se hace a través de un partido es distinta a la que se hace desde la sociedad o el activismo, es de reconocer que todo avance en nuestros derechos ha sido antecedido por la rebeldía, es decir, por contraponernos a la obediencia establecida por la norma social. Hoy vale gritar alto que no existen las mujeres buenas ni las malas, que el camino al logro de nuestros objetivos es diverso y que cada una puede buscar su propia vía del éxito. En todo caso, una mujer que no se conformó con los mandatos sociales, institucionales y partidistas, hoy se convirtió en la primera presidenta de la historia de nuestro país.