La sociedad de consumo en la que vivimos, nos ha conducido a asumir patrones de vida que han resultado ser sumamente nocivos para la salud.
La nueva época nos ha obligado a vivir bajo un patrón de vida express. Las personas hoy día utilizamos el automóvil, aún para recorrer distancias mínimas.
Conducimos atropelladamente y a gran velocidad, las empresas han reducido el personal en grados significativamente altos.
Hoy día un solo empleado, tiene que desempeñar la misma cantidad de funciones que otrora realizaban dos o tres.
El nuevo estilo de vida al que nos han conducido la transmodernidad y el neo-neo liberalismo, nos han obligado a consumir toda clase de “alimentos” chatarra.
La industria médica se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo y ha obligado a las personas a consumir cada vez más medicamentos alopáticos y por tal motivo, los profesionales de la medicina han denostado el uso de los recursos de la medicina complementaria o no oficial.
Empero, hace apenas un par de décadas las personas hemos visto las bondades y los beneficios que trae consigo el uso de la medicina complementaria.
El uso de medicamentos alternativos, requiere de una formación seria y profunda en materia de antropología social y de psicología clínica. E incluso un cierto grado de formación en materia médica.
La farmacopea mexicana data desde el periodo prehispánico y ha sido transmitida por generaciones por medio de la tradición oral.
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