Desde el inicio de este sexenio, cada día los mexicanos nos despertamos con la poca esperanza y con el conocimiento de causa de que quien habita en Palacio Nacional, saldrá con alguna ocurrencia que al final del día afectará a todo el país.
Y aunque la mayoría de los mexicanos ya nos acoplamos a que lo que diga el Presidente no nos sorprenda, aun así, siempre logra decepcionarnos. Sea de día o de noche, parece que el propósito de Andrés Manuel López Obrador es destruir, desmantelar y pisotear las instituciones, así sea por encima de la Ley.
La noche del lunes 22 de noviembre, antes de que la mayoría de los ciudadanos concluyeran sus actividades, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) se publicaba un acuerdo presidencial que refería que los proyectos y obras a cargo del Gobierno Federal serán de seguridad nacional.
Desde que inicia la lectura de este documento, queda implícito cómo el autollamado gobierno transformador solo fingió una falsa lucha contra la corrupción, y ahora a como dé lugar, busca llenar de opacidad cada contrato para las obras que se mencionan allí como “prioritarias y/o estratégicas para el desarrollo nacional”.
Este “decretazo”, es claramente un golpe a la legalidad para quitar de un plumazo el derecho a la transparencia en la comprobación de gastos para todo tipo de obra pública y un completo obstáculo para el trámite de requisitos legales y operativos en las obras de infraestructura.
Aquel candidato a la presidencia que por más de 18 años de campaña exigió a los gobiernos anteriores una clara rendición de cuentas, hoy, en su calidad de Presidente de la Nación, busca blindar su mal gobierno, bajo el argumento de una “seguridad nacional” y así impedir que cualquier ciudadano ejerza su derecho al libre acceso a la información pública y conocer en qué se están empleando los recursos públicos, mismos que salen del pago de los impuestos de cada mexicano.
Nuevamente, queda en evidencia la falsa lucha contra la corrupción de la 4T y sale su verdadera cara de autoritarismo y con estos actos se reconoce que su sexenio no es el más transparente ni democrático de la historia, sino todo lo contrario, saben que lo han hecho mal y por eso quieren blindarse bajo la cortina de la opacidad.
Hoy estamos ante una verdadera crisis de rendición de cuentas, nos seguiremos enfrentando a más luchas por la legalidad y también por cuestionamientos ambientales, por unas obras faraónicas sin estrategia, pero llenas de ocurrencias.
Morena nuevamente atenta contra la democracia y solo pone en riesgo la funcionalidad básica del Estado. Desde nuestras trincheras no lo permitiremos, trabajaremos con legalidad para que este “decretazo” sea declarado inconstitucional.
Estamos ante la mayor censura de un gobierno tirano que pretende que no se tenga acceso a conocer los contratos que hace, ni cómo, ni cuánto se gastan. Desde la oposición no lo permitiremos, no dejaremos que el Presidente vaya por más opacidad, por más corrupción, por más discrecionalidad y sobre todo, por más poder.