Política

2026: No más guerras, no más odio

  • Columna de Juan Noé Fernández Andrade
  • 2026: No más guerras, no más odio
  • Juan Noé Fernández Andrade

Inicio esta columna sabatina, la última del año 2025, con la mejor intención de que la humanidad, completa, seamos capaces de alcanzar la paz en el mundo.

¿Para qué sirven las guerras si lo único que siembran es muerte, dolor, tragedia, odio, sed de venganza, rencor?

Según diversos reportes, este año lo estamos padeciendo, unos más otros menos, pero al final todos, entre 50 y más de 100 conflictos armados; hay un estudio que arroja hasta 170 disputas, la cifra más alta después de la Segunda Guerra Mundial. 

De manera recrudecida resaltan las guerras Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, y guerras civiles en Sudán, Siria, Myanmar y Yemen, entre otros. 

Creo que una gran mayoría en Latinoamérica ve riesgosa la situación de Venezuela y la intromisión de los Estados Unidos en su historia presente.

El Índice de Paz Global (Institute for Economics and Peace), habla de 56 conflictos que involucra a 92 países fuera de sus fronteras. Otras fuentes señalan de 100 a 170 eventos armados activos. 

Los clave, mediatizados como si fuesen espectáculos, son el de Ucrania – Rusia en Europa, el de Israel – Hamás en Gaza, más las sacudidas violentas en Siria e Irak. 

África no deja de ser sede de guerras fratricidas en Sudán, Somalia, República Democrática del Congo, Nigeria y Burkina Faso. 

En Asia, ya cobra tiempo el conflicto en Myanmar, más las eventualidades en el Kurdistán, Armenia y Azerbiyán (éste el post Nagorno- Karabakj).

En general, esas guerras son por afanes de posesión, de coloniaje, de intereses económicos que llevan a la violencia extrema a grupos de interés, a acciones insurgentes que se incrementan en este transcurrido primer cuarto de siglo.

Fue dramático, al menos para mi, enterarme del llamado del Papa León 14 a que hubiese –al menos- una tregua de un día para que los seres humanos viviéramos el nacimiento de Jesucristo en la Navidad.

He seguido de cerca la narrativo del Papa, y me parece que su discurso toma un rumbo ideológico válido, cuando bien sabemos dónde y quiénes desatan sus demonios verbales y arrasan desde su posición de poder. 

El llamado a la buena voluntad no acaba de prosperar, aunque sí coincido en que “los buenos somos más”. Pero, entonces, ¿por qué nos dejamos llevar, conducir y maltratar por “los malos” y por los cegados por la ira y el odio?

Ha pasado una Navidad más, en que nos ubicamos temporalmente en la celebración del nacimiento de Jesús, en ese hecho que nos envuelve apenas un instante para expresar nuestra fraternidad, la buena vibra para con el o los prójimos, el cariño y amor a nuestras familias y amigos.

La temporada decembrina cobra relieve, nos manifestamos por la paz, por la reconciliación, somos solidarios y nos asomamos levemente a un deseo de justicia terrena, social.

Mantengamos, pues la esperanza de que el sentido humano recupere su valía, que el fascismo no nos gane, que la tiranía sea erradicada, que “los malos” caigan, que la paz y la plenitud interior de cada personase armonicen y se integren para dar paso a un estadio de bienestar colectivo mundial. 

Que no haya más guerras ni chiquitas ni grandotas, que no haya más una niñez desprovista de amor por la estupidez de la gente poderosa, ambiciosa y desalmada. Que no haya mujeres violentadas, violadas, asesinadas. 

Que no haya más desaparecidos (as). Que no haya familias separadas ni desintegradas. Que la maldad humana se vaya para siempre y reinen la paz y la alegría de vivir.

Mucho diálogo, mucho acercamiento entre nosotros, mucha esperanza en que podemos ser mejores y respetarnos. 

Que el arte y la cultura, la literatura y la poesía, la música, el estudio, el deporte, la justicia, las religiones, la honestidad, la limpieza de pensamientos y sentimientos nos llenen el corazón y salgamos todos los días a vivir un mundo diferente.

No nos olvidemos de nosotros, de quienes anhelamos un mejor mundo, más justo, más humano, de sueños e ilusiones que, como cuando niños, teníamos en nuestros corazones y sonreíamos. Volvamos a esa etapa, por el bien de todos.

No más guerras, por favor. No más odio. No más muertes inútiles.

Y que en 2026 podamos volver a saludarnos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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