Un ejemplo total de que en el arte insistir resulta esencial; el dueto británico la rompió con su debut Settle (2013), que llevó a su electrónica bailable hasta lo más alto. Luego con Caracal (2015) no alcanzaron las mismas cotas de inspiración. Sus actuaciones se mantenían vibrantes, pero requerían de renovar y potenciar su sonido de estudio, lo que han logrado con Energy.
Pensar de manera global y tener criterio para utilizar a una gran cantidad de invitados imbuyó al disco de todo aquello que le da título. En su edición de lujo este disco se compone de 20 canciones y 1 hora 22 minutos de pura fiesta -con subidas y bajadas (tiene dos interludios)-.
Al dejar correr temas como “Lavender” -junto a Channel 3- y “Dohua (Mali Mali)”, con la gran diva africana Fatoumata Diawara se percibe una enorme sofisticación y actualidad. Diferentes vertientes para el dancefloor se combinan con un grupo de voces muy souleras, hip hop y R&B. Pueden recurrir a una figura consolidada de la talla de Common en “Reverie” y alternar con talento emergente como Slowthai que aparece en “My High”.
La rítmica puede tirar del house, irse al 2step y aludir al sonido garage británico en función siempre de poner en movimiento al cuerpo. Aunque el segundo disco contiene el mega hit “Talk” que hicieron con Khalid y que seduce a las masas, lo mejor pasa por “Etran”, con la participación de la banda nigeriana Etran Finatawa.
Energy revienta desde escasos de comenzar; “Watch Your Step”, con Kelis en la voz, enciende la mecha y deja el listón muy alto. Si el hedonismo musical del siglo XXI tiene un nombre propio, ese es Disclosure.
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