El cartujo da vueltas y vueltas por su humilde celda repitiendo como mantra la conocida frase de Carlos Monsiváis: “O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba yo entendiendo” ¿El escritor de Días de guardar, muerto el 19 de junio de 2010, imaginaría alguna vez la férrea defensa del presidente de México de las últimas dictaduras de América Latina? Sería interesante conocer su opinión, aunque sea por la guija; saber si seguiría rompiendo lanzas por quien, en nombre de la integración y unidad del continente, soslaya la antidemocracia y la represión en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
A la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, López Obrador mandó en su representación al canciller Ebrard, quien no hizo sino repetir sus palabras y tomarse fotos. Esa fue su forma de protestar ante el desaire de Estados Unidos a su petición de invitar a los gobernantes de los países mencionados. “No queremos —dijo en Palacio Nacional— alentar bloqueos ni discriminación. No estamos de acuerdo con mantener la misma política de siempre, que tiene que ver con las cúpulas de poder económico y político”.
El monje mira el show de los nuevos héroes de nuestra política exterior; los observa y recuerda cuando a los 22 años llegó a la Argentina de Videla. La embajada mexicana estaba invariablemente vigilada para cerrar el paso y capturar a los enemigos de la dictadura militar. Ahí estaba, enfermo y taciturno, el ex presidente Héctor Campora, a quien México concedió asilo, desafiando las presiones de los usurpadores del poder.
En manos de profesionales, la diplomacia mexicana era un verdadero orgullo. Todos lo sabían. Unos cuantos años antes, en Chile, el embajador Gonzalo Martínez Corbalá había salvado a la familia de Salvador Allende y a cientos de perseguidos políticos más. Cuando murió, en octubre de 2017, lo consigna El País, la senadora Isabel Allende Bussi, hija del presidente derrocado, escribió en Twitter: “Adiós, inolvidable y valiente amigo. Gracias por protegernos”.
¿En los tiempos por venir, cómo recordaran sus pueblos a los defensores mexicanos de Díaz-Canel, Ortega y Maduro?
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
José Luis Martínez S.