Sociedad

Elección judicial y legitimidad democrática

El día 1 de junio (dentro de escasos cuarenta y siete días) en México se celebrarán las votaciones para elegir integrantes del poder judicial federal en sus distintas composiciones de tribunales; de los cuáles los más importantes son nueve ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, dos de la Sala Superior del Tribunal Electoral, quince de las salas regionales del mismo Tribunal electoral, y el resto son 464 integrantes de tribunales colegiados de circuito, y 386 de juzgados de distrito.

En esta elección, por disposición constitucional y legal, el Instituto Nacional Electoral (próximo a transformarse) es el órgano del estado mexicano que realizará la misma en su vertiente de promoción –aunque en este último punto el INE quiso ser el único, la Sala Superior del Tribunal electoral acaba de autorizar a todos los poderes federales a promover la elección–, jornada electoral y cómputo de los resultados. Recordemos que estas elecciones son atípicas y los registros de candidatos se hicieron a través de un complejo procedimiento en el que participaron los tres poderes de la unión, empezando por insacular a la suerte a los actuales jueces (zas) y magistradas (os) que debían dejar el puesto; y luego procesos variados de selección de candidatas y candidatos (empezando por los requisitos básicos de estudio y promedio), pasando por una tómbola del azar, hasta llegar a los que aparecerán en las boletas electorales ya enviadas a impresión.

El complejo proceso de elección reviste aspectos dignos de comentar. Empezaré diciendo que no son todos (as) los que debieran estar, ni están todas(os) los que debieran participar. Un atropellado conjunto de eventos instrumentado para “democratizar al Poder Judicial federal” donde este midió pulso con el Ejecutivo y Legislativo y resultó perdedor.

Pagó los errores acumulados de años: nepotismo contratando a familiares, amigos, y cuates en tribunales “cruzados”, que lo llevaron al apodo de “poder familiar de la federación”; sonados y publicados casos de corrupción (sobre todo en la materia penal); concesión de favores a través de ejecutorias a factores reales de poder políticos y económicos, y la cereza del pastel: enfrentarse a López Obrador en casi todos sus proyectos de reformas legales, constitucionales y de infraestructura pública, mediante el denominado “litigio estratégico” que consistió en lo que los anglosajones llaman “lawfare” o “guerra judicial”. Utilizar el control constitucional competencia del aparato judicial para servir a los intereses de la oposición política y económica. No tuvieron ningún perdón.

Pero, dentro del constitucionalismo moderno se presenta el cuestionamiento denominado “objeción a la legitimidad democrática” de estos funcionarios del Estado, que ha consistido en exhibir el poder de los jueces, magistrados o ministros (electos indirectamente o por carrera judicial) para desafectar (quitarle su vigencia en el orden jurídico) normas o leyes (porciones normativas, le llaman) consideradas contrarias a la Constitución federal, o a las convenciones o tratados firmados por un país.

La legitimidad democrática de estos integrantes del poder judicial federal ya no podrá ser motivo de cuestionamiento porque su origen será el sufragio. Tendrán la misma que los otros dos poderes, con facultades para revisar sus actos y decisiones (como ahora) pero sus cargos los habrán obtenido a través de una mayoría basada en la voluntad popular. Un nuevo motivo para el debate entre los teóricos, doctrinistas y juristas. ¿Habrá nacido un súper poder?

Lo veremos más adelante, cuando ejerzan los cargos, y comprobaremos si se comprometen con el pueblo que los eligió; o con el partido o factores de poder que los ayudaron para llegar a los mismos. Las elecciones constitucionales que todos conocemos y en las que votamos cada tres años, nos han demostrado que los representantes populares –en cualquier cargo– no sienten ningún compromiso con sus votantes. La realidad es terca.

Por vacaciones Bosque de Luz no se publicará los próximos dos fines de semana. ¡Feliz descanso para todas y todos!


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José Luis Castellanos González
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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