Para Luis Antonio Márquez Frausto, en homenaje a la amistad.
Gracias a mi amigo y tocayo Luis, al que dedico esta columna, encontré unos pasajes del libro de Umberto Eco, titulado a Paso de Cangrejo [Artículos, reflexiones y decepciones (sic), 2000-2006], Ed. Debate, México, 2007, que me han dado luz sobre algo que me intriga y explicaré más adelante. Los pasajes dicen lo siguiente:
“Como tantas veces se me ha acusado de querer resultar simpático a toda costa, descubrirme antipático me llena de orgullo y sana satisfacción. …
Y aquí viene lo importante:
“Si alguien lucha por una opción política (y en este caso, civil y moral), al margen del derecho-deber que tiene todo el mundo de poder cambiar de opinión algún día, en ese momento ha de creer que tiene razón y ha de denunciar enérgicamente el error de quienes tienden a comportarse de forma diferente. No me imagino un debate electoral que pueda desarrollarse bajo el lema de ‘Vosotros tenéis razón, pero votad al que está equivocado’. Y en el debate electoral las críticas al adversario han de ser severas, despiadadas, para poder convencer al menos al que está dudoso.
“Además, muchas de las críticas que se consideran antipáticas son críticas de costumbres. Y el crítico de costumbres (que a menudo en el vicio ajeno censura también el propio, o las propias tentaciones) ha de ser mordaz. …
“Pero los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan las medidas de censura, está expuesto al furor popular.” [Final de las citas]
Pues bien, esto viene a cuento porque en el semanal ejercicio que llevo de externar opiniones propias a través de “Bosque de Luz” me llaman a reflexión periódicas retroalimentaciones que recibo de algunos asiduos lectores. Y lo interesante del punto es que sobre un texto (que ya escribí y ha sido publicado) que es el mismo y no ha cambiado en ningún aspecto; tanto lectores con perfil de derecha como lectores con alguna o plena identificación con la izquierda, lo perciben, entienden o interpretan de distinta manera, y muchas veces aportando una simpatía o antipatía -que es plenamente personal-.
Algunas veces “el furor popular” hace que lo que ya publiqué y critiqué, lo entiendan a favor de sus posturas de simpatía con la derecha (quienes piensan ver una crítica furibunda en mis palabras a Morena) o al revés, quienes tienen simpatías de izquierda lo pueden entender como una crítica a las posturas de derecha. Hablando obviamente de posturas políticas e ideológicas a nivel nacional.
Pero lo más increíble del asunto es que de todas las críticas y cuestionamientos que he enderezado al partido político que gobierna en Jalisco y tres municipios metropolitanos grandotes –sumados a treinta y siete de mucha menor población- ninguna defensa u opinión favorable a Movimiento Ciudadano he recibido.
Los ciudadanos electores de Jalisco son mayoría en cuánto a identificar y compartir fallas y desaciertos en las gestiones de gobierno de este partido. Los que podrían pretender una defensa prefieren el silencio, y hacen mutis.
Lo que -hasta el momento- ha impedido el triunfo de Morena (que gobierna los municipios metropolitanos de Tlaquepaque, Tonalá y El Salto, y tiene junto con sus aliados PVEM y PT treinta y un más, así como trece legisladores locales, dos más que MC) en las elecciones estatales es que el votante de clase media de la zona metropolitana y municipios urbanos de la entidad manifiesta su interés de impedir los triunfos de este partido votando por MC o fraccionándolo al emitir el sufragio por el PAN o el PRI.
Esto significa que si Morena quiere ganar en las elecciones locales de 2027 tiene un arduo trabajo de convencimiento por delante. Y espero que aquí las críticas de costumbres y el furor popular [a los que hace alusión Umberto Eco en la cita que transcribí] también interpreten que si MC, el PAN o el PRI quieren el triunfo en las elecciones intermedias de 2027, hagan lo mismo: trabajar para intentar convencer a los votantes en la lucha electoral.
Las hamacas suelen ser cómodas y confortables, y recibir prerrogativas (dinero del erario) también. Pero sin un efectivo trabajo de buenos gobiernos, junto al convencimiento (que incluye la polarización y el contraste) hacia los indecisos y las clases medias antimorenistas -ya que cada partido tiene su voto duro- el resultado no sería del todo impredecible.