Cultura

Tres flores para el verano

Jorge Edwards, en su libro Adiós, poeta, cuenta cómo un tal Ricardo Paseyro, uno de los “enemigos obsesivos” de Neruda, inventó que el poeta, en 1940, había colaborado con Siqueiros en su intento de asesinar a Trotsky. Aquel intento le había costado al pintor la cárcel. Para defenderse de aquel chisme, el poeta presentaba la evidencia, por todos conocida, de que su misión diplomática, de cónsul general de Chile en México, había comenzado el 16 de agosto de ese mismo año, es decir, unos meses después de que fallara la intentona del pintor. 

El mismo Neruda, en su célebre libro de memorias Confieso que he vivido, escribe esto sobre su relación con el pintor, y de paso ventila las particularidades de nuestro sistema penitenciario: “Lo conocí en la prisión, pero, en verdad, también fuera de ella, porque salíamos con el comandante Pérez Rulfo, jefe de la cárcel, y nos íbamos a tomar unas copas por allí, en donde no se nos viera demasiado. Ya tarde, en la noche, volvíamos y yo despedía con un abrazo a David, que quedaba detrás de sus rejas”. 

Neruda y Siqueiros, amigos en toda circunstancia. Especial
Neruda y Siqueiros, amigos en toda circunstancia. Especial

Esta cita de Neruda aparece en el capítulo de sus memorias que se titula “México florido y espinudo”. En esas páginas, como su título nos previene, habla de las flores y las espinas de nuestro país. Ahí escribe, por ejemplo, del mundillo artístico de la época: “Las artes y las letras se producían en círculos rivales, pero ay de aquel que desde afuera tomara partido en pro o en contra de alguno o de algún grupo: unos y otros le caían encima”. 

Vagabundeando nuevamente por esas páginas suyas me reencontré con estas tres flores que nos regaló el poeta: 1) “México, el último de los países mágicos”. 2) “Y no hay en América, ni tal vez en el planeta, país de mayor profundidad humana que México y sus hombres. A través de sus aciertos luminosos, como a través de sus errores gigantescos, se ve la misma cadena de grandiosa generosidad, de vitalidad profunda, de inagotable historia, de germinación inacabable”. 3) “Las manos de los mexicanos, como las de los chinos, son incapaces de crear nada feo, ya en piedra, en plata, en barro o en claveles”.


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Jordi Soler
  • Jordi Soler
  • Es escritor y poeta mexicano (16 de diciembre de 1963), fue productor y locutor de radio a finales del siglo XX; Vive en la ciudad de Barcelona desde 2003. Es autor de libros como Los rojos de ultramar, Usos rudimentarios de la selva y Los hijos del volcán. Publica los lunes su columna Melancolía de la Resistencia.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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