Mis padres, Gloria y Jairo, sobrevivieron a la matanza del 2 de octubre de 1968. Nunca olvidaron aquel día y su lucha combativa no ha cesado desde entonces. Contaron sus historias y recuerdos en mi programa de YouTube llamado #SinTonsura, donde el recuento trágico no puede ser más conmovedor. Compañeros caídos, arrestados, desaparecidos, torturados, asesinados. Su testimonio que supera cualquier fantasía. No se lo vayan a perder.
Pero los recuerdos no son solo producto del dolor, la represión y la pena, son también, como contaba mi inolvidable Marcelino Perelló, la recapitulación de una fiesta, de una gran alegría y un desmadre, mientras los estudiantes se enfrentaban al gorilesco Díaz Ordaz y al miserable de Echeverría. El 68 fue muchas cosas, pero sobre todo fue una fiesta maravillosa, poética, amorosa, solidaria y memorable. Algarabía que ni la represión ni el autoritarismo pudieron desaparecer.
Por eso suena ridículo y hasta ofensivo que personajes como la Zavaleta y El Burro Van Rankin expresen sin pudor sus nostalgias por la dictadura perfecta y aseguren libremente que en México no hay libertad de expresión. #NoMaMarx.
Gente chumelizada y sandracuevascustomizada.
Personajillos que, como Ricardito Anaya, Perico Chöring, Kinky Téllez y varios más que ahora andan muy preocupados porque la Ley de Amparo ya no será propiedad exclusiva de ricachones, maleantes y plutócratas que no quieren pagar impuestos. Pobrecitos, ahí los ves arrastrando la cobija y alegando que el comunismo de la 4T y la presidenta Sheinbaum le quieren arrebatar a la gente bonita esa herramienta jurídica que, a cambio de una lana, les daba impunidad.
Pobrecitos de los oligarcas, juniors tóxicos, políticos tranzas y los machuchones del atraco, que el amparo no los ampare únicamente a ellos. Hemos visto a Juan Collado, a Chayito Robles, los Salinas de Gortari y demás fauna nada humilde, salirse con la suya agazapados en su Amparito Arozamena, solo porque se pueden cuajar de amparos a billetazos. Porque hay que saberlo, es más barato comprarle a Alito Moreno un terrenito de su jefecita que ya no es su jefecita que al final sí fue de su jefecita, que agarrar un amparo en noche de rebajas.
Y es que dicho sea de paso, no recuerdo a ningún campesino, clasemediero, secretaria, trabajadora o algún miembro de lo que viene siendo el proletariado, con o sin cabeza, que haya ganado un amparo contra los pulpos chupeteadores.
¡Dos de octubre no se olvida, es de lucha combativa!