Opinión
Jaime Muñoz Vargas
Jaime Muñoz Vargas
  • Un soneto perro

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    Desde hace cuatro años, poco más o poco menos, cada semana llevo un libro distinto al taller literario. Y no sólo el libro ha sido hasta ahora diferente, sino también el autor.
  • Industria del apócrifo

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    Desde la llegada del anonimato multitudinario fomentado por internet, cunden las falsas atribuciones, la industria del apócrifo: alguien expele un texto melifluo y lo firma con el nombre de un escritor famoso.
  • A nadie se le niega un tinaco de agua

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    Además de otros rezagos, la zona suroriente padece el del suministro de agua.
  • Wako en tiempo real

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    Vi recién en Netflix el (muy bien) titulado en español Wako: el apocalipsis texano (Tiller Russell, 2023), y quedé sorprendido por todo lo que recordaba de aquel hecho pero más por todo lo que se me había evaporado de la memoria.
  • Adiós a la noche

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    Obviamente no se refirió a la escritura esporádica, sino a la que implica esfuerzos intensos y continuos, como el de urdir una novela o un ensayo ambiciosos.
  • Futbol, Argentina y literatura

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    En más de una oportunidad he contado que la adquisición del hábito de la lectura y el gusto por jugar futbol coincidieron al final de mi niñez, cuando tenía once o doce años.
  • Los anticuerpos de siempre

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    Lo que debemos invocar no es que desaparezcan equis o zeta productos, aspiración hoy imposible de satisfacer, sino alentar en los consumidores la procura de un cedazo con la cuadrícula más cerrada; es decir, lo de siempre.
  • Manos y palabras

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    Los talleres en los que operan suelen ser rústicos, y quienes allí se desempeñan, sean pocos o muchos, siguen una línea de producción perfecta sin perder el aire artesanal que tienen sus labores.
  • Por qué algunos poemas

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    La poesía, digo, no presupone en mi caso una necesidad de nada, salvo la de obtener el mayor placer estético posible. Creo incluso que esto debe ser así, aunque también debo suponer que los poetas leen poesía para hacerse de herramientas que les pued