El presidente no encuentra cómo manejar todo el lodazal que está dándose a conocer por las filtraciones del llamado “Guacamaya Leaks“, provocado por “hackers” centroamericanos que lograron evadir la ciberseguridad de la Secretaría de la Defensa Nacional y descargar una cantidad impresionante de información, mucha de ella confidencial y que en lugar de afrontar este lamentable episodio para la Seguridad Nacional como en los ejércitos de Chile, Colombia, El Salvador, Perú y México, tanto López como las Fuerzas Armadas guardan silencio en lugar de rendir cuentas a la sociedad por este grave acontecimiento. Más de seis terabytes de información, conteniendo más de cuatro millones de correos electrónicos incluyendo los archivos y datos adjuntos.
Los diputados de la Comisión de la Defensa Nacional citaron al secretario, general Luis Crescencio Sandoval, a comparecer, y primero se negó a asistir a dicha reunión ofreciendo verlos en sus oficinas, y posteriormente se excusó de asistir a la citada reunión con el pretexto de sentirse ofendido por el contenido de una carta enviada por un diputado federal de Movimiento Ciudadano, misiva que una vez que conocimos, nos dimos cuenta que en forma alguna el diputado Sergio Barrera, orgullosamente jalisciense, había ofendido o se había dirigido al general en forma irrespetuosa, como lo señaló el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien por cierto sale embarrado con las filtraciones vinculándolo con el crimen organizado al dejar la seguridad de Tabasco en manos de gente relacionada con un cártel delincuencial, y negocios de huachicol.
Las filtraciones son de tal magnitud que tardaremos meses en poder desmenuzarlas y analizarlas, pero la desesperación de López es tal, que insiste en señalar que el hackeo fracasó, y pretende convencer a la ciudadanía que lo publicado son mentiras de sus contrincantes, pero por otro lado ha mandado a crear distractores como los ataques del Secretario de Gobernación a Samuel Garcia, quien en lugar de enfrascarse en una discusión estúpida, le respondió: “No entiendo de donde vienen sus ataques y calificativos hacia mí. No le voy a responder igual, de mí lo único que ha recibido y seguirá recibiendo es respeto y sinceridad”. Habrá que recordarle a Adán Augusto que aunque nos caiga mal Samuel, no deja de ser el gobernador electo de un Estado Libre y Soberano y por ello hay que respetar su investidura, y al rematar su conflicto el responsable de la política interna con la frase de que “los tabasqueños son mucho más inteligentes que los norteños” insulta a casi el 45% de la población de este país a quienes desprecia y provoca que uno se pregunte si es posible que un sujeto con ese nivel de polarización pueda aspirar a gobernar nuestro México. Espero que para demostrar su afirmación no nos ponga como ejemplo las calificaciones de Manuel Andrés López Obrador (MALO) cuando estudió en la UNAM, quien solo tardó 14 años en terminar su carrera profesional. Alguien dijo en redes sociales que en Tabasco son tan, pero tan inteligentes, que usan la Refinería de Dos Bocas como alberca en lo que la terminan.
No obstante sus intentos por minimizar las revelaciones del libro el Rey del Cash y Guacamaya Leaks, el daño a la CuatroT será paulatino al no poder tapar el sol con un dedo. Ya vemos tramas de espionaje telefónico, venta de armas a grupos delincuenciales, relación de gobernadores de Morena con vínculos con el crimen organizado, la realidad de los viajes de la esposa y su seguridad militar, las inversiones de los hijos, la gravedad de las enfermedades del presidente, los contratos multimillonarios de los hijos de la Sheinbaum y del hijo de Bartlett, pero lo más importante, que sabían de muchas actividades y ataques del crimen organizado y no hicieron nada por impedirlo.
Héctor Romero Fierro