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Detrás de las habilidades del futuro

  • Economía empática
  • Detrás de las habilidades del futuro
  • Héctor Farina Ojeda

Los estudios que vislumbran cómo serán los empleos del futuro pintan un escenario de inteligencia artificial, digitalización, tecnología para el cuidado del medio ambiente y reinvención de las formas de generar y utilizar energía. Una reacción refleja es señalar las habilidades que se requerirán para acceder a esos empleos y para ajustarse a los cambios acelerados que se dan. Y aquí aparecen las habilidades digitales, las habilidades en el uso de tecnología aplicada a distintos procesos, así como la capacidad de aprendizaje continuo y de resolución de problemas.

Hablar de las habilidades para el Siglo XXI nos lleva, necesariamente, a pensar en las bases mismas de la educación. Como bien dice la investigadora argentina Mariana Maggio en un texto titulado “Habilidades del Siglo XXI. Cuando el futuro es hoy”, estas habilidades fueron definidas conceptualmente en el Siglo XX. Es decir, hay que remontarnos a las teorías de la cognición, los saberes, las formas de enseñanza y aprendizaje, y, en general, a los cimientos de la educación. Las habilidades que hoy se anuncian como futuristas no son creaciones espontáneas, no aparecieron de la nada, sino que dependen de sólidos conocimientos previos.

Según el Foro Económico Mundial, los principales empleos del futuro serán para especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje automático, especialistas en inteligencia de negocios y tecnología financiera, expertos en ciberseguridad, analistas y especialistas en ciencia de datos, ingenieros en robótica, electrotecnología y, en general, especialistas en los procesos de transformación digital. Hay una tendencia hacia lo digital, la inteligencia artificial y el desarrollo de tecnologías para solucionar problemas acuciantes como la cuestión ambiental. Y aquí aparece la ilusión de las habilidades futuristas: no son técnicas que se puedan aprender en forma aislada y rápida sino que dependen de saberes previos, de conocimientos adquiridos.

Imaginen lo que debe saber -básicamente- alguien que quiere hacer ciencia de datos: matemáticas, estadísticas, programación, bases de datos, minería de datos, pensamiento crítico, resolución de problemas, comunicación y un largo etcétera. Y este ejemplo nos debe llevar a pensar en que detrás de las habilidades del futuro están la educación y los conocimientos que los estudiantes adquieren a lo largo de su formación. Cuando los resultados de la Prueba Pisa dicen que nuestros estudiantes tienen problemas en lectura comprensiva, matemáticas y ciencias, lo que hacen es reflejar la fragilidad de las bases cognitivas sobre las que deberían aprenderse las nuevas habilidades.

Si el pensamiento crítico, la capacidad de resolver problemas, la creatividad y la comunicación son fundamentales para los empleos del futuro, es imperativo mirar los procesos de educación en busca de mejorar la calidad de lo que se enseña y se aprende. Proyectar el futuro depende de lo que sabemos, del conocimiento. Lectura, matemáticas, ciencia, educación. Y luego el futuro.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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