Política

Prevención de la violencia

  • Laberinto de la legalidad
  • Prevención de la violencia
  • Guillermo Raúl Zepeda Lecuona

En esta época de informes de gestión y de gobierno se suelen desdeñar las políticas que inciden en la prevención y reducción de las violencias. La numeralia refiere la reducción de tasas delictivas, las inversiones millonarias en patrullas, en armamento, en el número de policías. Sin embargo, poco se dice de las acciones y medidas preventivas. Irving Waller ha dicho que puede más un kilo de prevención que una tonelada de castigo.

Veamos el ejemplo de Cocula: antes de la creación del centro de mediación municipal el juzgado civil de primera instancia recibía poco más de un centenar de asuntos al año; después de la creación del centro, bajó en 15% los asuntos en el juzgado (además el juez Horacio Hernández resuelve casi el 60% de sus casos en la audiencia de conciliación); en tanto que el centro municipal atendió a casi 200 asuntos ¿Dónde estaban esos 180 conflictos adicionales? Eran pequeñas deudas que sería imposible cobrar por la vía judicial (por ejemplo un pagaré de menso de 5 mil pesos o deudas a la palabra, sin documento de por medio), muchos problemas vecinales y comunitarios; asuntos familiares latentes, que maceraban rencores; conflictos soterrados que, de cuando en cuando, hacen erupción y terminan en crimen y tragedia.

Un dato impresionante dado a conocer por el municipio de Morelia: 84% de las víctimas de homicidio, durante el año previo a su asesinato, tuvieron algún caso abierto en la barandilla de la justicia cívica. ¿Se imaginan cuántas vidas se pueden salvar si en la justicia cívica se detectan y atienden estas manifestaciones incipientes de violencia e ilegalidad?

Por ello, uno de los ejes del Modelo Nacional de Justicia Cívica es la mediación.

En Jalisco hay 36 centros municipales de mediación (el 11 de septiembre se ianugura el de Atotonilco el Alto, el número 37). Estos centros son un referente comunitario para la paz, ayudan a las familias (apoyado los conflictos que llegan al DIF municipal), construyen tejido social y paz social a través de la atención de conflictos comunitarios y apoyan a la justicia cívica que les canaliza a los infractores para que no solo se respeten los reglamentos municipales, sino que se concilien los conflictos incipientes, y se atiendan las vulnerabilidades como las adicciones y el manejo de la ira, mediante tratamientos cognitivo conductuales. En el IJA reconocemos a estos alcaldes que han tenido la visión de preferir un centro de mediación municipal a una patrulla más.

En México por cada mediador hay siete jueces; en Jalisco por cada juez hay tres mediadores. En el Distrito judicial de Cihuatlán hay un juez civil y un juez penal; en tanto que hay doce mediadores públicos (gratuitos) certificados: la sede regional del IJA en Cihuatlán y los centros municipales de Cihuatlán, La Huerta, Villa Purificación, Casimiro Castillo y Cuautitlán de García Barragán. Es un esfuerzo que siembra paz y da herramientas para revertir la espiral de intolerancia y violencia en nuestro estado.

Bienaventurados los servidores públicos de esos municipios que trabajan todos los días por la paz y la justicia, porque ellos serán llamados los mejores hijos de México.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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