Política

La libertad de la cuarta transformación

El domingo pasado, el movimiento que dirige la administración pública actual hizo una asamblea. El motivo era uno: parar las ambiciones y el latrocinio cínico de las corcholatas que perdieron la candidatura contra la presidenta y las complicidades con cuadros cuyos conflictos de interés son evidentes.

Ahí, la presidenta del partido -una mujer que se ha diluido en sus funciones ante la fuerza e influencia del secretario general del partido- leyó durante más de 20 minutos una misiva de la que supone es su líder moral. En la carta, Sheinbaum recordaba que no se debería de ser petulante, presumir riquezas insultantes para el votante que vive al día, evitar el nepotismo pese a la descarada tendencia de tener en la nómina a hermanos, primos y compadres, no realizar actos anticipados de campaña pero obviando el rechazo y descalificación a quienes los han hecho de manera recurrente en los últimos meses…a más de dos años y medios de las elecciones de 2027.

Al finalizar, llegaron los aplausos y el descaro: legisladores y compinches que presumían camionetas de dos millones de pesos, coordinadores que corrieron a tomar vuelos en primera clase a París y el actos de ‘reconocimiento de territorio’ que no son otra cosa que la violación a la ética que apenas unos minutos antes aplaudían en papel.

No obstante, lo que retumbó en los días siguiente fue la declaración de un miembro del partido.

Paco Ignacio Taibo -bien escritor, aberrante servidor público, despreciable ser humano, vergüenza para su difunto padre- volvió a las andadas para atacar al villano favorito del régimen. A mitad de la asamblea, el mediocre director del Fondo de Cultura Económica -aunque presuma otros datos- decidió externar su disgustos contra los empresarios que ‘no pagan impuestos’ y solicitar que la asamblea discutiera, en fecha próxima, la ‘nacionalización del canal 13’ por razones de ‘salud de la República’.

¿Cuáles son esas razones de ‘salud de la República’ a las que se refiere el funcionario público? Taibo seguro detesta no los programas de entretenimiento o la crónica y narración deportiva de la empresa de medios, sino la línea editorial donde se han señalado los hechos más cuestionables del obradorato. A Taibo le molesta que se denuncie el adoctrinamiento de los niños a través de los libros de texto gratuitos -los mismos que son hoy en día revisados por el CINVESTAV a partir de los errores matemáticos y didácticos que contienen y que los hacen inútiles para la enseñanza-, que se denuncie el ecocidio del Tren Maya -las imágenes dejan ver la devastación en cenotes y manglares causada por un tren que va vacío y cuyas estaciones quedan a kilómetros de los centros de cada población donde tiene parada-, que se exhiba el fraude en las Universidades del Bienestar -donde señalan ubicaciones de planteles inexistentes- o la actuación torpe y tardía en desastres naturales como Otis.

Taibo se olvida que el noticiero se llama HECHOS porque lo que presenta es eso, no opiniones como las que se dirimen día a día en la programación de los canales de televisión y estaciones de radio públicas. Obvio, el funcionario se ardió de ver la oposición social y pública a la nueva ley de telecomunicaciones y radiodifusión, esa que se discute desde hoy en el poder legislativo y que pretende regresar a los esquemas priístas, donde una autoridad del poder ejecutivo regulaba lineas editoriales, criterios de defensa a las audiencias -que en realidad es defensa al poder- y censura y limitación al lenguaje en medios tradicionales -como cuando había canciones de Lupita D´Alessio que no podían salir en las estaciones de FM-.

Un par de días después, Claudia Sheinabaum defendió la libertad de expresión…de su funcionario. Insistió que la libertad de expresión debía de ser pareja y si Azteca y Salinas mentían o decían barbaridades (sic), Taibo también tenía derecho a ello.

Olvidadiza, pareciera que la presidenta resbaló en entender que la Constitución tiene garantías mayores para los ciudadanos -sean ricos o pobres, críticos o simpatizantes del poder- que para los políticos como ella y Taibo. Sheinbaum falló al pensar que se da un desdoblamiento entre el Taibo militante y el director del FCE, la cual no existe: las obligaciones políticas son 24/7 y si no les gusta podrían renunciar al puesto (cosa que no pasará porque el funcionario ya descubrió que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error).

Taibo fue defendido para mostrar las fauces de un régimen que se va acercando al autoritarismo de manera peligrosa intentando con ello causar miedo. Eso es exactamente lo que no debe pasar con el ciudadano y, por el contrario, recordarle al político que su labor está en juicio público de manera constante. Para eso se contrataron y si les incomoda siempre queda el camino del exilio.

Difícil defenderlo cuando la libertad de Morena es así, en minúsculas…como para que no incomode a la señora presidenta y su funcionario público que nunca llegara a ser tan bueno como lo es como creador de Belascoarán.

Y eso que tampoco es tan buen personaje.

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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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