Política

El olvido del VIH

Hace 40 años, la crisis del VIH era el azote en la sociedad occidental, no sólo ante lo desconocido del virus, las pocas alternativas de tratamiento, el estigma social y la discriminación a los portadores, sino también por la torpeza política mundial para su tratamiento y prevención.

Iniciativas civiles lograron que la toma de conciencia para el combate y prevención fueran más por iniciativas ciudadanas que los gobiernos tomaron de segunda mano que por políticas públicas que aportaran certidumbre y empatía hacia aquellos que, por diversos motivos, terminaron contrayendo el virus.

Hace 40 años, el mundo comenzó el cambio en la estigmatización a partir de que un actor brutalmente famoso entonces salió del anonimato para que la gente tomara conciencia y alerta sobre que cualquiera podía contraer la enfermedad. Tras de Rock Hudson, nombres como Arthur Ashe, Greg Louganis o Magic Johnson hicieron patente la necesidad de sacar de la oscuridad el nombre del síndrome, hacer más patente la forma de prevenirlo y los caminos donde la sociedad debía vivir con aquellos que necesitaban apoyo y soporte médico y emocional.

En México, la ignorancia y el estigma continuaron. Contrario a otras partes del mundo, las cifras de personas que contrajeron VIH aumentaban en grupos sociales que en otros países era impensable. Amas de casa que no sabían que sus parejas vivían una doble vida y que debían pasar en soledad su tratamiento o el desarrollo de la enfermedad se convirtieron en historias impensables pero reales.

Todo esto parece que se nos ha olvidado.

Cierto, los medicamentos de prevención o los tratamientos para evitar el avance del VIH son muy diferentes hoy a lo que eran hace 40 años. Del AZT a los métodos PREP y PEP o los medicamentos que logran que el virus sea indetectable en personas portadoras han dado un paso enorme, tan enorme que se nos ha olvidado a todos que el VIH sigue y necesita de fondos.

Incluidos los gobiernos hipócritas.

En los Estados Unidos, la administración de Donald Trump decidió que el pasado 1 de diciembre ninguna de las instituciones oficiales debía recordar que era el Día Mundial de Lucha Contra el VIH. No sólo eso, los que antes eran activos medios para recordar lo importante de la prevención se hicieron ojo de hormiga. Medios de comunicación y marcas que se decían aliadas se hicieron a un lado para no molestar al gobierno republicano.

En Argentina, los recortes de Javier Milei han cercenado tratamientos de PREP y las campañas de prevención contra el virus, lo que ha levantado protestas por parte de los mexicanos cercanos a la administración actual.

No obstante, evitan hablar que durante este gobierno pretende en la nueva Ley General de Salud eliminar la obligación de destinar el ocho por ciento –como mínimo– de los recursos del Fondo de Salud para el Bienestar, de donde sale el fondeo para enfermedades como SIDA.

Con esto, la atención a pacientes con VIH se verá seriamente afectada, pero también para aquellos que padecen cáncer o cualquiera que es considerada como catastrófica, es decir las que quiebran la economía familiar.

Además de esto, colectivos de la comunidad LGBTQ han denunciado que desde la administración de López Obrador se ha abandonado el abasto de medicamentos para pacientes con VIH, noticia que se ve eclipsada por los niños con cáncer, quienes también sufren de la indolencia y mediocridad de este gobierno.

Así, 40 años después, estamos con 13 mil casos reportados en lo que va del 2025 más la sospecha de más de 80 mil pacientes que pudieran portar el virus sin saberlo.

Los olvidos cuestan. Este es otro más de la 4T.


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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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