Gil tiene algún dinero en efectivo, pero le falta un helicóptero para transportarlo, ¿alguien puede ayudarlo (arlo-arlo)? La noticia apareció en su periódico MILENIO: Javidú planeaba retirarse después de trabajar muy duro como gobernador al servicio de Veracruz. Para ese merecido recogimiento, el ex gobernador adquirió dos propiedades en las Lomas de Chapultepec, dos inmuebles contiguos con un valor de 47 millones de pesos. Caracho, ¿pues qué compraron?, ¿campos de futbol con gradas, un pequeño hotel de lujo? Nada, se trata de las habitaciones donde la familia Duarte-Macías pasaría los días de su jubilación en paz y tranquilidad. Todos desean un retiro y un resguardo así.
Javidú: Trabajamos mucho por el estado de Veracruz y por México, Karim, merecemos descansar y pasar los años de nuestra madurez y vejez en estas pequeñas edificaciones. Si, ciertamente no son pequeñas, pero ¿qué es pequeño y qué es grande?: todo es relativo Karim, nuestro amor, por ejemplo. El yate, ¿es pequeño o es grande? El avión, el rancho, no nos enredemos con los tamaños.
Karime: Aquí reposaremos hasta que la muerte nos separe, gordo. Espero que falten muchos años para ese triste momento. ¿No crees que a estas casitas les falta un lago?
Javidú: ¿En las Lomas de Chapultepec, puchunguita?
Karime: Ay, gordo, hicimos cosas mucho más complicadas que hacer un pequeño lago aquí en Sierra Fría. Anda, gordo, dile a tus amigos y a tus enemigos que queremos laguito.
Inocente y se acabó
Este diálogo no ocurrió, pero para comprar esas dos casas de las Lomas, Duarte le ordenó a uno de sus cómplices, Alfonso Ortega López, que constituyera una sociedad para llevar a cabo un negocio inmobiliario llamada Roor S. A. De C. V., gran empresa fantasma que hizo y deshizo en los despojos y los robos del ex gobernador.
Por cierto, los caminos de la justicia son al menos extraños: Karime Macías, cómplice y principal prestanombres de Duarte se encuentra en este momento comiendo una carne con un vino tinto de primera en el Carlton de Londres: ah, el gordo, qué hombre generoso. Se sacrificó por nosotros.
La señora Macías de Duarte y su familia viajaron de Guatemala a Colombia y de Colombia a Londres. Allá vivirán con el dinero que bien ganó su marido. Mju. El dinero público robado mantendrá a la señora y a sus parientes. Van a perdonar, pero esa señora debería estar presa pues era, según el propio contador de la familia, operadora financiera de la red delictiva del ex gobernador. Gamés lo leyó en su periódico El Universal, en una nota de Astrid Sánchez: “José Juan Janeiro Rodríguez, quien presuntamente era el contador encargado de realizar los pagos de las actividades de inversión de compra-venta de inmuebles para el ex gobernador y quien sirvió de prestanombres de la pareja veracruzana, declaró en España ante la PGR que Macías Tubillas obtuvo recursos del gobierno para su beneficio personal”.
Si Gil ha entendido algo, cosa improbable, la señora Macías fue una activista incansable en el desfalco, robo y despojo de los bienes públicos del gobierno de Veracruz. En este segundo ella podría caminar por la Oxford Street e incluso quizás se encuentre triste por el injusto desenlace de su historia de merecida abundancia. Efectivamente, todos son inocentes mientras no se les demuestre culpabilidad, pero, caracho, a la señora Karime Macías la convirtieron en inocente en un tris y tras. Nadie pidió que permaneciera en México mientras se realizaban las investigaciones sobre su participación en las actividades de su marido. Bonnie sin Clyde.
Vacaciones pagadas
Cuando Gilga oye aquí y allá que hubo un arreglo y una negociación en la detención de Duarte, no puede sino pensar que efectivamente, como piensa la gente, hay un gran gato escondido, pues la justicia debería investigar a la señora como principal cómplice de la red delictiva de Javidú. ¿Va bien Gil o se regresa? Y mienten quienes dicen que Duarte afirmó: me entrego pero me dan unos chilaquiles rojos bien picosos. Así las casas (muletilla pagada por grupo Higa e Inmobiliaria Roor), la señora debería estar en chirona o, por lo menos, con un proceso abierto y no pasándose unas vacaciones en Londres con el dinero que se robaron ella y su gordo. No manchen. ¿Sí o no? Todo mal. Permiten que el gordo haga y deshaga desde 2011 ante los ojos de propios y extraños, lo visita reiteradamente el Presidente en Veracruz, lo visitan los secretarios de Estado; luego, antes de las elecciones en Veracruz, lo protegen; más tarde permiten que se fugue; a los seis meses atrapan al gordo y permiten que su cómplice tome un avión y se instale en Londres. ¿Estamos locos?
Publio Siro entre nosotros: La absolución del culpable es la condena del juez.
Gil s’en va
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