“Sin libertad, la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera”, Octavio Paz.
Marchas multitudinarias y sin sobre saltos fueron las que se llevaron a cabo el domingo pasado en varias ciudades del país, marchas organizadas por la sociedad civil y diversos actores políticos quienes a través del movimiento de la “marea rosa” buscan defender la democracia mexicana.
Por ser la capital y epicentro político del país la marcha de la Ciudad de México fue la que más llamó la atención, cientos de miles personas caminaron hasta congregarse en el Zócalo capitalino reclamando al unísono consignas en contra del gobierno de López Obrador por las propuestas de reforma constitucional que pretenden desaparecer organismos autónomos, elegir a los ministros de la Suprema Corte de Justicia por voto popular, así como eliminar diputados y senadores electos por la vía de representación proporcional.
Las iniciativas de reforma como están planteadas son una regresión democrática.
Por ejemplo, la izquierda fue quien más se vio beneficiada con la aparición de los diputados y senadores de representación proporcional a través de la reforma política de 1977, de esta manera pudo participar de manera oficial y activa en el régimen de partidos, sin embargo, ahora pretenden eliminarlos, esta acción es, a todas luces, la desaparición de las minorías dentro del Congreso de la Unión.
Recordemos que la democracia mexicana es una democracia en ciernes, es muy joven, el Instituto Nacional Electoral (INE) tiene apenas treinta y cuatro años de haber sido creado y veintisiete años de ser autónomo.
La transición democrática en México, iniciada en 1997, corre el riesgo de sufrir retrocesos.
La independencia de los poderes legislativo y judicial durante este gobierno federal se ha puesto en entredicho, por ende, es imperativo que la ciudadanía organizada exija a los gobiernos cuidar el régimen democrático que tanto ha costado.
Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del INE (2014-2023), a través de un discurso vehemente ante los asistentes de la marcha en el Zócalo dijo que desde el gobierno se quiere implementar una política de abyección en la que los poderes legislativo y judicial obedezcan al ejecutivo ciegamente.
En lo personal, creo que el domingo fue un buen día para la democracia mexicana, la voz de un sector del pueblo de México se hizo escuchar fuertemente.
Es importante ciudadanizar la política y no dejarla a merced de los partidos, no podemos permitir que el régimen de partido único regrese.