1. He comentado en otras ocasiones que, allá por los setenta y ochenta, tuve amigos que viajaron a Cuba. Unos, de-izquierda, regresaban corroborando lo que les habían comentado: los niños lucían unas hermosas dentaduras, los taxistas te impartían lecciones de historia y literatura, y los avances médicos en la Isla se daban a diario. Otros amigos, pero de-derecha, y que también hicieron el viaje…
2. … comprobaron lo que sospechaban: los niños pedían en la calle bolígrafos y goma de mascar, las prostitutas se vendían por unos jeans y el racionamiento de alimentos era frecuente. Nadie veía la otra cara de la moneda, y cuando lo hacía notar me situaban, invariablemente, del lado enemigo. Todo era nefasto y malo en la dictadura castrista, o todo era dichoso y bueno en el paraíso caribeño.
3. Ha pasado un año, y al intentar una evaluación de los primeros 12 meses del gobierno encabezado por López Obrador, me parece que se da la misma situación experimentada con mis amigos en Cuba. Llamemos a quienes votaron por AMLO los apoyadores –para evitar el despectivo chairos– y a los que no lo hicieron adjudiquémosles el calificativo de opositores –dejando fuera, también, el insultante fifís–.
4. Para los apoyadores ha sido un año excelente: se combate la corrupción, se predica la austeridad con el ejemplo, se trabaja 24/7, el peso se mantiene firme frente al dólar, etcétera. Si les digo que AMLO se ha rodeado de personajes como Bartlett, que es evidente la censura a algunos comunicadores, que se rechaza cualquier crítica, y que la economía no crece, paso al bando de los opositores.
5. Para éstos, por el contrario, el primer año de la 4T ha sido un desastre. AMLO, en sus mañaneras, solo ofrece mentiras y demagogia, es una reencarnación del PRI, no tiene visión de futuro, convertirá a México en otra Venezuela, etcétera. Si les argumento que –por algo– sigue contando con un gran respaldo popular, que la inflación no aumenta, que parece honesto, etcétera, con ira me tachan de apoyador.
6. Con este nivel de raciocinio es difícil que se puede construir un análisis medianamente objetivo. ¿Por qué tal visceralidad? ¿Qué es lo que enoja tanto de AMLO? ¿Qué lo vuelve atractivo? Los psicólogos sociales tienen la palabra y, complacidos, estudian nuestras fobias y filias, las causas de nuestros corajes. ¿Será que, como dicen en Desarrollo Humano, después de un año lo que nos choca nos checa?
7. Cierre ciclónico. Murió el lunes pasado, a los 91 años de edad, Johann Baptist Metz, padre de la llamada Teología Política. Lo conocí en Alemania durante el verano de 1983. Estuve a punto de ser su alumno en Münster, pero me recomendó que en vez de estudiar la teología germana profundizara en la filosofía que fundamentaba nuestra teología latinoamericana. Se lo agradecí. Descanse en paz.
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