1. En 2009, el entonces papa Benedicto XVI viajó a Camerún, uno de los países con más casos de VIH sida. En el avión se le preguntó si promovería el uso del condón. Respondió que no y que la gente tenía que portarse bien para no infectarse. La exhortación no asombró, pues venía del líder que representaba la posición oficial de la Iglesia Católica al respecto.
2. Las religiones acostumbran hacer este tipo de llamados, pidiendo de sus fieles una actuación conforme a la moral que ellas predican. Conscientes de la condición humana, frágil y proclive a portarse mal, invitan a superar esa debilidad natural. Pero: ¿qué pasa si esos feligreses, que también son ciudadanos, deciden no comportarse de acuerdo a tales principios?
3. Dados esos casos, las autoridades civiles deben atender tales desvíos, pero utilizando la necesaria coerción, más que llamando a las buenas intenciones y a la conversión espiritual. Sobre un delincuente debe caer todo el peso de la ley y no solo una amonestación ética. Quien se pasa un alto en su coche se hace acreedor a una multa y no a una reprimenda moral.
4. Por ello llama la atención un elemento de la estrategia implementada por el Presidente para combatir el crimen organizado. En su video del sábado pasado, el primer mandatario afirmó: “Vamos hacia adelante… llamando a todos a que nos portemos bien para lograr una sociedad mejor”. La exhortación se suma a otras intervenciones presidenciales del mismo tenor.
5. Ya ha pedido, en repetidas ocasiones, dar a los delincuentes abrazos y no balazos, y ha invitado a acusarlos con sus mamás y abuelitas para que ellas los metan en cintura. Más allá de significar un ejemplo de las muchas intervenciones coloquiales del Presidente, preocupa que en realidad se piense en invitaciones al buen comportamiento como la estrategia adecuada…
6. … para combatir la violencia en México. Esa petición, más propia de un párroco que busca conciliar a los peleoneros del pueblo, no parece ser la maniobra más indicada en estos momentos de tanta violencia. En el mes de junio que acaba de terminar fueron asesinadas 80 personas al día. Está visto que los delincuentes, por más que el Presidente se los pide, no se portan bien.
7. Cierre ciclónico. “Una superiora tiene derecho a la dirección espiritual de una comunidad, pero no a presidir la celebración de la Eucaristía. ¿Qué imagen de la congregación, del sacerdote y de la mujer está detrás de todo esto?”, se cuestionan 10 religiosas alemanas. “Esto muestra la extrema dependencia de las mujeres religiosas de un hombre consagrado”, rematan.
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