1. La actual contingencia, y la manera en la que se está atendiendo, en especial por parte de los principales protagonistas –autoridades, confederaciones empresariales, centros educativos, ¡hasta la OMS!, etcétera– nos sigue brindando la oportunidad de analizar el lenguaje utilizado para explicar, alertar, regañar, predecir, etcétera, todo lo concerniente al estatus del covid-19.
2. En los últimos días ha surgido un concepto para anticipar lo que viene: una Nueva Normalidad. La expresión, como lo entienden algunos optimistas, refiere un nuevo orden de cosas, una realidad diferente a la vivida antes de la pandemia, un mundo distinto, que será, entonces, la futura normalidad en la que viviremos. Sin embargo, las acciones que se están tomando…
3. … y las que se implementarán en las próximas semanas, como la gradual apertura de actividaes relacionadas con la economía, buscan que la supuesta Nueva Normalidad sea todo, menos nueva. Es decir, lo que pretenden empresarios y trabajadores, profesores y alumnos, ancianos y niños, curas y laicos, familias enteras, pareciera, es regresar a la situación vivida…
4. … antes de iniciada la contingencia. La reactivación se está planteando como un retorno a lo conocido. La gradualidad que se propone está centrada en las etapas o fases del proceso, cuya meta es alcanzar no un estilo diferente de vida, sino el mismo. Queremos comprar lo que adquiríamos antes, divertirnos como en el pasado, viajar sin restricciones, ¿derrochar?
5. La Nueva Normalidad, por ejemplo, no vislumbra un cuestionamiento a como se ha venido llevando a cabo la economía. ¿Se seguirá favoreciendo a la especulación sobre la inversión? ¿Reinará el acaparamiento y los sobreprecios cuando aparezca la escasez? En pocas palabras: ¿la economía reactivada continuará fortaleciendo el egoísmo sobre la solidaridad?
6. A mí nunca me ha gustado la palabra normalidad, ¿quizá porque soy anormal? Conforma un conjunto de normas que, en muchas ocasiones, son estereotipos, códigos de conducta, cánones. Por ello, yo apuesto no por una Nueva Normalidad, sino por una cultura que choque con algunas normas reinantes antes de la cuarentena, que nos permita reinventarnos… aunque no sea normal.
7. Cierre ciclónico. Es una verdadera lástima que algunas palabras, a fuerza de aplicarlas a los más diversos tópicos, vayan perdiendo interés, y nos privemos de un serio análisis sobre ellas. Tal cosa sucede con el neoliberalismo. Hoy más que nunca necesitaríamos estudiar sus impactos. Pero de tanto oírlo en las mañaneras ya nadie quiere saber de él. Qué lástima.
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