1. Atenas, Grecia. La Iconoclasia ha sido un movimiento religioso, con diferentes manifestaciones a lo largo de los siglos, que se ha caracterizado por la destrucción de imágenes, algunas de ellas patrimonio cultural de la humanidad o excelsas obras de arte, porque corrían el riesgo de conducir a la idolatría, es decir, a la adoración o divinización de tales símbolos.
2. Este movimiento se ha vivido en todas las religiones. Muchas iglesias cristianas, por ejemplo, acusan a los católicos de adorar a esas imágenes, en especial a la Virgen María y a los santos. Pero, salvo contadas excepciones –como el llamado furor iconoclasta protestante del siglo XVI–, no actúan de forma violenta en contra de ellas. Aquí, en la cuna de la civilización occidental, nos enteramos…
3. … de que el Partenón, insignia principal de la Acrópolis ateniense, poseía una serie de esculturas que fueron destruidas por diferentes invasiones a lo largo de los siglos, y a manos de fanáticos religiosos de las más diversas confesiones y culturas. Tales imágenes representaban a dioses paganos –según ellos–, por lo que debían ser arrojadas al piso para que se rompieran, terminando así con la idolatría.
4. Pues pareciera que esta actitud iconoclasta continúa. A propósito del reciente Sínodo de la Amazonía, supimos que varias Pachamamas, símbolos de la madre tierra, y plenas de maternidad, fragilidad y exuberante vida –como la Amazonía–, fueron colocadas en diferentes puntos del Vaticano, como manifestaciones de apoyo doctrinal y cultural a esa asamblea eclesial.
5. Sintiéndose agraviados y, quizá, deseosos de impedir prácticas idolátricas, dos hombres no identificados robaron dos de esas imágenes y las arrojaron en Roma al río Tíber. En CdMx, un conocido sacerdote quemó réplicas en papel del icono, argumentando que lo hacía como un acto de desagravio, por los actos idolátricos que la imagen provocó, cargados de sincretismo diabólico.
6. Resulta que tanto aquí en Atenas, hace siglos, como ahora en las capitales italiana y mexicana, los iconoclastas están presentes. No se contentan con cuestionar las devociones religiosas con las que no están de acuerdo, sino que su oposición les lleva a la violencia física. A todos nos falta una buena dosis de respeto pues, para cada quien, una imagen tiene un gran valor simbólico, que trasciende lo material.
7. Cierre ciclónico. Roma, Italia. Y siguiendo con el Sínodo de la Amazonía. Me platican que, a raíz de su celebración, algunos teólogos volvieron a plantear la posibilidad de un Papa itinerante. Es decir, que saliera del Vaticano y viviera unos meses en Caracas, otros en París, unos más en Bombay, etcétera. ¿Quiénes se oponen a esta innovación? Los romanos. Se les iría una buena cuota de turistas, o sea, de dinero.
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