Cultura

Somos lectores mínimos, pero al fin lectores

  • 30-30
  • Somos lectores mínimos, pero al fin lectores
  • Fernando Fabio Sánchez

Carlos Monsiváis en una charla con José Emilio Pacheco, reproducible en youtube, dice que una falta de ortografía rompe la unidad visual de la lectura.

Un error de ortografía es “una mancha en la sopa”, añade Pacheco.

“Y mientras dure ese convenio estético”, continúa Monsiváis, “que supongo será hasta que en el internet o los sucesores del internet den por pensar que esa parte visual ya no merece el mayor respeto; hasta que dure eso, seguirá siendo una afrenta estética una falta de ortografía”, concluye.

La entrevista sucedió en 2006, a razón de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

Casi 15 años han pasado desde aquel diálogo y creo que una parte de esta predicción ya se ha cumplido.

Por lo menos, el signo inicial de interrogación es omitido por muchos y quizá algunos piensan que es opcional en las publicaciones y comentarios en FB, y más intensamente en los mensajes de texto y de WhatsApp.

Algunos, arguyendo que escriben en un teclado de configuración inglesa, silencian los acentos.

Es posible que con el paso de los años hemos dejado de recibir una explicación por las ausencias, y enviamos a las carreras o con la intención de retener tiempo mensajes sin tildes y con media interrogación.

La línea del saber y del no usar es delgada y, casi siempre, su definición se mantiene en secreto.

El hecho es que la comunicación se cumple pese a las faltas, y el lector rellena los vacíos, reconstruyendo el mensaje con efectividad.

Contrastemos con lo que dice José Saramago, cuando le preguntaron en una entrevista sobre la ausencia de puntuación en sus textos.

Saramago responde que el escritor debería asumir que el lector sabe más de lo que éste supone.

El lector en realidad construye el texto en su cabeza. El texto, así, le pertenece por completo.

Si el texto escrito es sólo un inicio, la transformación del texto escrito motivada por las redes sociales y los medios de comunicación confirma que, pese a nuestra sorpresa, somos lectores.

Somos lectores, sí, quizá lectores mínimos (de posts, de tuits), pero al fin lectores.

Es posible que entremos en otra etapa del lenguaje cuando las palabras sean reemplazadas por sólo emojis, fotografías y videos; estos últimos acompañadas de sonidos, música o montados de una manera que su significado cambie, se acumule o se renueve de acuerdo que viene antes y después.

¿Llegaremos a tener un lenguaje pictográfico como en la época de piedra? Mas sigamos imaginando; imaginemos el más allá.

Llegará el tiempo en que, por los avances tecnológicos y la evolución del lenguaje, pensaremos las ideas, sin que lleguen a cifrarse en palabras siquiera, y en ese instante se comunicarán a nuestros interlocutores.

Allí dejaremos de ser lectores. Qué triste sería vivir sin letras, sin lectura y los convenios estéticos de la grafía.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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