Política

Falacia de falsa generalización

Muy a menudo, cuando observamos algún hecho tendemos a cometer un error en el juicio que hacemos o bien del mismo acontecimiento o de las personas involucradas en el mismo, descreditándolas más por características generales y socialmente consensuadas que por sus actos individuales.

Los juicios apresurados obedecen a que hemos normalizado en nuestra comunicación las falacias, que no son sino argumentos que solo en apariencia son correctos y verdaderos pero que en realidad no lo son.

La inmediatez del mundo en que vivimos, sumada a la erosión del sentido de responsabilidad orilla a cometer este tipo de falacias ya sea por imitación y efecto de contagio, por la urgencia de tener una opinión aunque carezca de evidencia o simplemente porque es más fácil no pensar, que sí hacerlo.

Existen muchos tipos de falacias pero quizá una de las más comunes, que vemos frecuentemente en los medios de comunicación, es la de falsa generalización que consiste en descalificar a una persona porque pertenece a un grupo, comunidad, país o grupo etario determinado a quienes se les han atribuido ciertas características negativas.

El mejor ejemplo es pensar que los latinos somos perezosos y que como “Luis es latino”, “los latinos son perezosos”, luego, “Luis es perezoso”.

El error consiste en borrar de un plumazo las características personales y sustituirlas por las grupales. Esto aplica, sobre todo con las características que tengan una connotación negativa o denigrante, aunque también pudiera ser con aquellas positivas o loables. De cualquier forma, consiste en borrar cualquier rastro de individualidad, singularidad y unicidad en las personas.

Esta falacia, ha llevado muchas veces a negar trabajos a una persona sólo por pertenecer a un grupo etario, social, cultural, religioso, etcétera; pero, en otras ocasiones, ha culpado a personas inocentes, llevado a verdaderos actos discriminatorios y a agravios a la identidad cultural de un país a través de la ofensa, el insulto o cualquier otro tipo de violencia.

La falsa argumentación es pensar que sólo porque alguien pertenece a un grupo mayor y se han presentado antecedentes de ciertas características en ese grupo, la persona cumple con las mismas.

Recordemos que la parte no es el todo y que no porque alguien cometa un acto reprobable y pertenezca a una comunidad más grande, necesariamente él también hace actos reprobables.

La responsabilidad de las acciones es algo que se asume de forma personal porque personal es la libertad que lleva a cada uno a decidir unas cosas y no otras, por ende, juzgar presurosamente a una persona por actos cometidos por otros es incorrecto y no ético.

La falsa generalización se erige un discurso poderoso en una sociedad polarizada y llena de odio y deseos de venganza; suele salir a la luz cuando se carece de justicia o no se ha trabajado por la armonía y reconstrucción social. Está fundamentada en prejuicios y creencias casi siempre estigmatizantes que permean la vida cotidiana; pero, por ello mismo, es posible identificarlas y erradicarlas, pues el nexo entre una persona y la sociedad que le rodea es uno necesario pero no definitorio ni determinante.

Nuestras historias son diferentes aún cuando hemos vivido lo mismo, esta es la maravilla de la individualidad y, aunque existe el comportamiento de masas, el efecto de contagio y el enardecimiento de grupos sociales, cada uno es alguien único y distinto que toma decisiones diferentes y personalísimas.

Antes de juzgar o “meter a todos en el mismo costal” pensemos que con ello podemos estar dañando seriamente no sólo la reputación de alguien, sino su vida entera y con daños, a veces, irreparables.


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Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Elizabeth de los Ríos Uriarte
  • Profesora investigadora de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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