Pensé que solo pasaba por mi cabeza, pero algunos amigos que se encargan de documentar y difundir a diario los hechos históricos que suceden en nuestro país, me lo confirmaron; efectivamente hay una disminución en el conocimiento de nuestras nuevas generaciones de lo que antes para quienes nacimos en el siglo pasado y otro atrás nos llenaba de orgullo, el papel de nuestros héroes que nos permiten gozar de libertad, para unos relativa desde hace tiempo.
Más allá del nada simple desconocimiento de la historia y quienes heroicamente la han forjado con sangre, con la vida misma, el asunto es que el papel de algunos historiadores ha estado enfocado al desprestigio de éstos para hacerlos ver como tiranos y asesinos con una personalidad supuestamente oculta que no los vuelve meritorios de un reconocimiento y menos aún que la historia los coloque en el pedestal donde los mantiene.
Es cierto, los libros de texto reflejan hechos ocurridos en la historia de una manera no profunda, más bien escueta, que obliga a una investigación adicional que ya no se fomenta desde las escuelas en las que además ya ni civismo se enseña, no como antes.
Aunque no es de ahora la crisis por la que atraviesa la educación en México ni los motivos para ella son los mismos, debe ser aprovechada para modificar los métodos de enseñanza y aprendizaje e incluir en ellos lo que sistemáticamente se ha venido perdiendo.
Hoy muchos niños y jóvenes no saben el himno nacional y su significado, lo medio aprenden por repetición, cuando lo cantan más bien balbucean y hay, fuera de cualquier broma, quien por ignorancia pregunta si “Masiosare” era realmente un extraño enemigo de nuestra nación, lo que es inadmisible, de vergüenza pura.
Septiembre es el mes nacional por excelencia que también nos recuerda que el fervor por nuestros símbolos patrios en réplicas que se ofrecen en múltiples espacios públicos va disminuyendo pues ya casi nadie los compra, nada atribuible a las condiciones económicas del país, más bien a esa baja de admiración por lo nuestro, nuestros colores y nuestros héroes sea cual fueran sus antecedentes.
Sus comentarios los recibo con gusto en mi dirección electrónica eduardo.arias@milenio.com y en Twitter @EduardoAriasTV
Hasta la próxima.