Que a veces un tatuaje en el cuerpo representa la única manera de poder reconocer la identidad. Por eso aun en la tragedia resulta esperanzador el uso de cámaras infrarrojas en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, a cargo de Axel Rivera Martínez, para recuperar las marcas en la piel que ya no son visibles para el ojo humano. Es un avance científico formidable, pero su verdadero valor no reside en la técnica en sí, sino en su aplicación. La tecnología se convierte en un “puente”, entre el frío proceso de la descomposición y el cálido anhelo de identidad. Ya no es solo una herramienta para expertos; es un instrumento de esperanza en Jalisco. Este desarrollo no surge en el vacío. Es una respuesta directa a la dolorosa realidad del país con una crisis de desapariciones. No es solo un avance técnico; es un acto de justicia y dignidad restaurada.
Que la asamblea estatal del Partido Acción Nacional (PAN), en Jalisco, en superficie, parece un proceso interno rutinario, pero no hay que dejar de seguir la decisión nacional de abrir la puerta a candidaturas para ciudadanos no necesariamente militantes, de cara a las elecciones de 2030. Esto trasciende por completo la simple elección de delegados y se convierte en un movimiento calculado para reinventar la oferta política del partido, pero ya veremos cómo será manejada esa encomienda por Juan Pablo Colín como estrategia de oxígeno nuevo; es una respuesta directa a la crisis de representatividad que afecta a Acción Nacional y Jalisco no es la excepción, pues después de ser gobierno en diferentes sexenios pasó a ser tercera fuerza estatal, muy por debajo de Morena.
Que parece una buena iniciativa que el Gobierno de Jalisco esté llevando a cabo pláticas con estudiantes de preparatoria de Jalisco para prevenir el reclutamiento forzado de adolescentes y jóvenes. Es fundamental que se les brinde información sobre los riesgos y se les enseñe a identificar anuncios fraudulentos. Ojalá estas acciones tengan un impacto positivo y puedan prevenir situaciones de riesgo para los jóvenes. Ya nada más falta que la policía de investigación trabaje en las indagatorias para desmembrar a las bandas de reclutadores.