“Estoy seguro que si quieres crecer en una profesión,
consistencia es la clave”
Eliud Kipchoge
Kaptagat es un pequeño pueblo, cercano a Eldoret, en el Valle del Rift en Kenia, a una altitud cercana a los 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar, y es el sitio donde el maratonista más grande de la historia realiza sus concentraciones. Un entorno rural, de terracerías rojizas, donde hombres y mujeres corren aquí y allá en la búsqueda del profesionalismo.
Patrick Sang es el entrenador de Eliud Kipchoge, quien lo describe como un hombre generoso, humilde, ayudador y callado, que se preocupa por los demás. Sostiene que la fortaleza mental de Eliud supera su talento y ha sido la pieza clave en su éxito.
El método de entrenamiento que Eliud practica, diseñado y dirigido por Sang, lleva por título 80-20, lo que significa -al igual que el Principio de Pareto- que el 20 por ciento de las sesiones de entrenamiento que ejecuta, generan el 80 por ciento del impacto. Esto además se refleja en la intensidad y duración de las sesiones.
El caso de Eliud, por su extraordinaria trayectoria y resultados que la componen, amerita un estudio profundo de su perfil y hábitos. Mucho de su entrenamiento está caracterizado por un alto kilometraje (aproximadamente 200 kilómetros por semana), donde más del 80 por ciento se corren a ritmos suaves, lo que lo ha convertido en el maratonista más rápido de la historia, sin exponerse a las lesiones y al sobreentrenamiento.
Con esto en mente, sería valioso revisar nuestros propios planes de entrenamiento e invitar a nuestros entrenadores a revisarlos también. Usualmente los entrenadores -no todos- suelen, por la carga de trabajo o la falta de profesionalismo, copiar y pegar cargas de entrenamiento entre atletas, sin realmente conocer a los deportistas y sin conocer si las mismas beneficiarán o no a los corredores.
Abastecimiento: Trascendió que en el pasado Medio Maratón de la Ciudad de México, 1 de cada 4 corredores participaron sin estar inscritos. No me parece un tema menor. En varias ocasiones he participado sin número o registro en una carrera (mal hecho); sin embargo, considero que los organizadores podrían diseñar mecanismos para que por seguridad, todo aquel que corra, esté inscrito.