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Profanación

La aberración de ver pintada de azulcrema la casa del futbol poblano, en el marco de la final de ida del torneo Apertura 2024, resultó una ignominia imborrable, una mancha más al tigre de la peor gestión en la historia del Club Puebla.

En el año de su 80 aniversario, los directivos del equipo de la Franja pisotearon a la afición de la Angelópolis, mancillaron el escudo del equipo de la ciudad y pasaron a la historia como los peores dirigentes que ha tenido la institución. Lo cual es todo un logro, porque han desfilado cualquier cantidad de advenedizos incompetentes que lo han hecho mal, muy mal y pésimo.

Donde algunos vieron una “fiesta histórica” otros vimos una afrenta imperdonable. Los rancios poblanos fuimos insultados con el escudo del América superpuesto sobre el de La Franja.

De aquel Puebla de época, enemigo jurado del América, ya nada queda. Los valores del futbol poblano se van olvidando, las batallas históricas que libraron personajes emblemáticos como Ignacio Trelles, Manolo Lapuente, Emilio Maurer o el Chelís, han sido suplantadas por la poca personalidad de peleles como Manuel Jiménez o Gabriel Saucedo, los dizque directivos actuales.

Envidiable la directiva del Toluca, que se fajó los pantalones y le cerró las puertas de su casa al América. No como los directivos del Puebla, que extendieron la alfombra y se bajaron los pantalones.

El equipo de los poblanos

El futbol forma parte de la esencia de una ciudad. Los colores del club local son un componente más de la identidad de una sociedad.

En Puebla, el balompié lleva una franja cruzando el corazón, con el azul y blanco que son los colores de la ciudad que trazaron los mismísimos ángeles.

Qué triste fue ver a un puñado de poblanos traicionando su escudo y festejando en la avenida Juárez con la bandera de una identidad ajena a la suya, de hecho, antagónica. Los americanistas del interior de la república, particularmente en las plazas donde hay un equipo de futbol, son como las rubias de peróxido: personas a las que quizá les venga bien el color… pero que no son lo que aparentan.

Un tetracampeonato

Dicho todo lo anterior, al César lo que es del César. No hay más que reconocer la formidable labor del América. Merecido campeón, ejemplar institución y lo más cercano a un club grande en México.

Tricampeones por demolición. Nadie puede con ellos y ganan por lo civil o por lo criminal. Hace un año escribía sobre la posibilidad del bicampeonato, hace seis meses sobre el reto del tri, y ahora, con más resignación que inquina, lo haré sobre la opción de marcar todo un hito del futbol moderno: el tetracampeonato.

Solo un equipo lo ha logrado en toda la historia, el Guadalajara en sepia, el de principios de los sesenta en el paleolítico de nuestro balompié.

De aquellas Chivas solo quedan cenizas, porque el futbol mexicano tiene un amo y señor: el América.


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David Badillo
  • David Badillo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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