El juicio de Amparo es un aporte mexicano al mundo que sirve para que el ciudadano pueda defenderse y revertir posibles abusos de la autoridad.
Es uno de los mecanismos de control constitucional que México prevé desde hace casi dos siglos, desde 1847 en el Acta de Reformas y desde la Constitución de 1857.
Aunque tiene antecedentes en otras normas, como francesas y anglosajonas, el juicio de Amparo fue un aporte de avanzada que juristas mexicanos conceptualizaron y que después otros países adoptaron para combatir la decisiones unipersonales regresivas o dañinas para la población que tomaban dictadores, autócratas o gobernantes proclives a estas tendencias.
Incluso, el Amparo mexicano fue la base para la redacción del Artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la ONU en 1948.
Cuando un ciudadano se siente vulnerado en sus derechos e interpone un Juicio de Amparo sus abogados siempre piden que mientras el Juez analiza el fondo del reclamo, conceda una suspensión temporal del acto reclamado, es decir, que ordene que las cosas queden como estaban antes del agravio.
Aunque el Juicio de Amparo ha sufrido reformas en la época moderna los cambios han respetado el principio de la progresividad de los derechos, es decir, que mejoren los derechos de las personas no que retrocedan… hasta ahora, porque la reciente reforma impulsada por Morena y partidos aliados apunta en dirección contraria, para atrás.
La reforma aprobada esta semana en el Senado de la República a los Artículos 129 y 148 de la Ley de Amparo restringe a los Juzgadores otorgar la suspensión temporal si es mayor la afectación al interés social, lo que generalmente aduce el poder cuando reforma una ley o emprende proyectos de alto impacto.
La reforma establece que en juicios de Amparo que analicen la inconstitucionalidad de una norma o ley general “en ningún caso las suspensiones que se dicten fijarán efectos generales”, es decir, quita este avance que los ciudadanos teníamos para defender derechos de naturaleza colectiva -como la salud, la educación y la protección del medio ambiente- y empodera más al gobierno en turno.
En una semana, las falacias detrás del discurso.