Política

Se busca Papa: un líder o un iluminado

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  • Carlos Iván Moreno Arellano

En 2013, a solo 4 meses de haber sido elegido, Francisco publicó su primera encíclica sobre la fe y la verdad: “Lumen Fidei”. Lo hizo en coautoría con el pontífice emérito recién retirado, Benedicto XVI. El documento fue publicado en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, en honor a los dos santos que consolidaron el catolicismo.

Fue como si quisieran decirle al mundo que nunca hubo ruptura, que no la habría; y a quienes buscaron —y siguen buscando— una escisión entre cardenales conservadores y progresistas que no la encontrarían, al menos no en términos de la política convencional.

Ahora, de nuevo, otro cónclave. Otra profecía apocalíptica. No es para menos, se trata de un proceso electoral cerrado, donde el acuerdo de más o menos 130 personas impacta a más de 1,400 millones de fieles. Todo el mundo pone los ojos en ellas, como quien busca una señal. El delirio de adjudicarse el soporte divino alienta la euforia desmedida de quienes ansían validar sus propias ideologías. Bajo el mantra de “quien entra Papa –al cónclave– sale cardenal”, se hacen las apuestas.

Los cardenales saben que el dilema es más que una dicotomía y buscarán ser prudentes, casi esquivos. Buscarán un perfil que no polarice ni polemice. En un mundo dominado por la Inteligencia Artificial, las deepfakes y verdades líquidas, que ya no distingue lo verdadero de lo inverosímil, quizás buscarán a alguien que dé certezas reconfortantes, aunque falsas. 

Si tienen suerte, ungirán a alguien que acompañe a un mundo en crisis sin evidenciar la propia institucional, que tenga la sensibilidad suficiente para reconocer que el misterio de la fe se alimenta de la duda y de la incertidumbre (como propone la película “Cónclave”); que tenga la suficiente templanza para lidiar con la humanidad propia y con la ajena, y que no se acobarde frente al conflicto, pero que tampoco se regocije con él.

No está en juego solo un pontificado, sino la posibilidad de que aún quede alguien —uno solo— dispuesto a decir algo verdadero sin necesidad de verificadores, que no confunda autoridad con infalibilidad ni humanidad con debilidad; que sepa que el poder no está en dominar la narrativa, sino en habitarla con verdad. Un líder, con carne y con grietas, no un iluminado. 

Colaboró Carlos Villalobos 


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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