Negocios

Puebla ‘Far West’: del ‘huachicol’ al robo de trenes

La semana pasada en su comparecencia ante diputados, el director general de Pemex, José Antonio González Anaya, declaró que lograron bajar una tercera parte del robo de combustible, el famoso huachicol.

Pero el cerco que se cerró alrededor de las tomas clandestinas, básicamente en Puebla, no hizo más que mover a la delicuencia organizada a otro negocio de grandes ganancias: el robo de trenes.

Las alertas las levantó Lourdes Aranda, directora de Relaciones Gubernamentales de Ferromex. Si bien Pemex anotó una caída en los robos de 30 por ciento, el ferrocarril de Grupo México detectó en el mismo periodo un aumento de 100 por ciento en las afectaciones a sus trenes. Léase como afectaciones cierre de vías, vandalismo, agresiones al tren y robo. Mientras que en la ruta Veracruz-CdMX en los primeros nueve meses del año pasado hubo mil 6 afectaciones, en el mismo periodo de 2017 la cifra subió a 2 mil 106.

El Lejano Oeste mexicano está circunscripto a ciertas localidades poblanas como de Jesús Nazareno, San Antonio Soledad, Cañada Morelos y San Pedro, además de algunas veracruzanas como Puente Colorado, Vaquería, Córdoba y Peñuela.

Estos asaltos han provocado que la capacidad logística del Puerto de Veracruz se haya visto entorpecida en los últimos trimestres por los retrasos en los despachos por tren, una situación que vulnera al resto de la logística protagonizada por las empresas navieras que ofrecen el servicio de importación y exportación puerta a puerta a sus clientes.

En la ruta Coatzacoalcos-Veracruz-Puebla-México Ferrosur (de Ferromex) tiene 500 guardias privados, pero han resultado insuficientes contra el poder de estas bandas. De hecho Ferromex gasta en seguridad mil 220 millones de pesos extras al año.

Basta ver las fotos de cualquiera de estos robos para sorprenderse de la impunidad y la organización que han logrado estos grupos: cada ataque incluye primero la obstrucción de las vías, lo que frena la marcha del tren y en el tiempo en que los tres empleados que operan el convoy liberan las vías —unas tres horas en promedio—, un río de hasta 300 personas (incluyendo niños pequeños) a cara destapada rompen presintos de los contenedores y comienzan a rapiñar los contenidos. Hay días en que atacan hasta 16 de los 35 trenes que circulan diario por este sector.

Según el último Indice de Impunidad de la Udlap, Puebla tiene una incidencia delictiva mayor a la media nacional, donde solo 4 por ciento de los robos resultaron en ingresos penitenciarios. Aún con este dato y las denuncias concretas del ferrocarril, el gobernador poblano, Antonio Gali, declaró la semana pasada al programa “Voces Regionales” del portal Municipios Puebla que “el asalto a trenes es una cuestión de moda que va a terminar muy pronto”.

¿Cuándo se impondrá la moda de la procuración de justicia?

barbara.anderson@milenio.com
Twitter: @ba_anderson

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Bárbara Anderson
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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