La mercadotecnia política la mas de las veces lleva por caminos que rayan en el Absurdo, es el caso en los tiempos actuales de Jalisco, cuyo grupo gobernante ha hecho de una palabra existente solo en su imaginario; “refundación o re- fundación”, su móvil principal de acción política.
Su objetivo principal es un nuevo pacto social basado en la constitución, y ha comenzado llevando a cabo los últimos estertores del neoliberalismo, cuyo planteamiento inicial “adelgazar el estado”, afecta desde luego diversas áreas de la competencia gubernamental.
En México el Derecho a la cultura está garantizado en el artículo cuarto de la Constitución, por una adición hecha en 2009: “Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que preste el estado en la materia”; esta redacción tan general se presta a que ocurran decretos cuestionables como el aprobado al vapor por el Congreso de Jalisco el 26 de enero de 2016 , la creación de un organismo público descentralizado OPD denominado de “Museos , exposiciones y galerías de Jalisco” cuya finalidad se resume en una veintena de atribuciones entre las que destacan “Diseñar, producir y comercializar líneas de productos , alusivos a su objeto”; “”abrir y administrar tiendas destinadas a la venta de productos alusivos a su objeto; y llevar acabo la venta de estos últimos”; “crear, modificar, o extinguir museos o servicios en ellos, con base en las necesidades que detecte”, ¿alguien tiene autoridad para borrar historia?.
El OPD mencionado tiene que estar regido por una junta de gobierno y auxiliado por un comité técnico, patronato y un consejo consultivo, entre cuyas atribuciones se encuentra “aprobar el monto que ascenderá el costo de los servicios que el organismo preste para el cumplimiento de su objeto, el precio de los bienes que se vendan en las tiendas que en su caso administre y el costo por el uso de espacios que tenga a su cargo”.
Un análisis somero destaca un interés más mercadotécnico que de difusión de la cultura y de las manifestaciones artísticas; ciertamente que el verdadero artista crece y se difunde a pesar de las autoridades; lo que más importa aquí, es preguntarnos ¿que tanto la cultura puede ayudarnos a salir de la crisis de valores que se vive en México?, ¿que responsabilidad tiene el estado con el gran público, los hispanoandantes y ciudadanos de a pie? Aceptando sin conceder el experimento del OPD, dado que ciertamente la infraestructura museística está muy deteriorada.
En los 12 meses de su creación la OPD, sus resultados han sido magros en su principal recinto el exconvento del Carmen se produjeron 3 exposiciones dos de artistas locales, y una importada de Alemania integrada con fotocopias de publicaciones, fotografías de trasvestis Rakets y una museografía a la cubana además de un sello invariable de “contemporary art: el montoncito de escombro, si es del temblor de 1985 un plus. La revisión del tema LGTB, abona a la política de inclusión, la pregunta es ¿Qué hacia esa exposición de tanta pobreza material y de contenido en la principal vitrina de la ciudad? En el palacio de gobierno, la girola se ha convertido en bodega; hasta ahora el nuevo tigre de papel no ha instalado ninguno de los órganos señalados para su gobierno y mientras le hayan la cuadratura al círculo, más de la mitad de los espacios museos y galerías de Guadalajara y el interior del estado permanecen cerrados; sin duda una propuesta encaminada a la privatización y mercantilización de un derecho constitucional. Un albazo contra artistas y ciudadanos.