Cultura

"Pinta la Revolución", arte moderno mexicano

  • Técnica mixta
  • "Pinta la Revolución", arte moderno mexicano
  • Arturo Camacho

Ante la avasallante presencia del muralismo en el imaginario mexicano como la única y autentica pintura de la Revolución; siempre resulta interesante cuestionarse si esta es resultado del patrocinio estatal en atención a su propósito ideológico o si se corresponde con los movimientos de Vanguardia Internacional de su época, de qué manera estos movimientos influyeron o convergieron en ese periodo que coincide con los gobiernos nacionalistas y revolucionarios.

El resultado nos permite más allá de una lectura inteligente, completa y diversa alejada del hasta ahora conocido discurso del muralismo, un acercamiento a los artistas y su preocupaciones estéticas y soluciones artísticas; el asombro ante la reveladora verdad trágica del 1914 en Paisaje con zopilotes de Francisco Goitia al disfrute que nos causa ver un cuadro de Frida Kahlo, Mi vestido cuelga ahí, que nos recupera a la pintora interesada en las vanguardias, que utiliza una mezcla de recortes de periódico y pintura para sintetizar en este espacio a la sociedad norteamericana de esa época.

Organizada por el Museo de Filadelfia y el Museo del Palacio de Bellas artes de México, Pinta la Revolución ha podido compilar en más de 150 pinturas, fotografías, películas y esculturas una de las más importantes revisiones del Arte mexicano en los últimos años; un recorrido visual que se enriquece con videos, audios, y representaciones digitales nos hace partícipe de los ejes temáticos: Modernismo y mexicanidad; Pinta los Estados Unidos; En la Ciudad y Alegorías negras.

En el primero resalta el interés de los pintores mexicanos por vincular el nacionalismo con los movimientos artísticos de las capitales europeas, en este trayecto se destaca a Saturnino Herrán, en donde asume la noción del paisaje impresionista para una representación simbólica, en donde ritmo y solemnidad se alejan de la alegoría folclórica. En este primer bloque también nos acercamos al Orozco de sus primeras pinturas, Casa de lágrimas, con materiales hasta entonces poco convencionales como gouache y gis de color consigue atmosferas simbolistas propositivas y audaces, en un ambiente dominado por la academia.

El segundo tramo además de Frida pintora en Estados Unidos, hay que ver los magistrales dibujos de Orozco sobre la Revolución, serie de tintas que expuso en Nueva York, con un completo dominio del espacio su trazo construye personajes que sin mostrarnos su rostro expresan la angustia del conflicto.

En el eje temático la ciudad, una nueva lectura del movimiento estridentista, pinturas de Fermín Revueltas sobre los cables como novedad del paisaje urbano y de los Contemporáneos como disidentes de la predica del nacionalismo revolucionario.

La última parte, contrasta el compromiso social de los artistas y su poética personal del Taller de la Gráfica popular a la vanguardia emotiva de María Izquierdo. La mayoría de las pinturas de la exposición y en especial las de este tramo han sido poco vistas o nunca antes vistas en México, como George Gershwin en sala de Conciertos, obra de Siqueiros que al verla con El Diablo en la Iglesia, podemos entender el majeo de los espacios que daría el muralista a su obra futura.

Pinta la revolución además de ser una muy bien documentada exposición y excelente muestra pictórica más allá de los muralistas nos ofrece museografía y recursos novedosos que proporciona la tecnología digital, como es la recreación de murales de Rivera, Orozco y Siqueiros que pueden apreciarse de manera virtual. Estará en el Palacio de Bellas Artes en México hasta junio.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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