Cultura

“Un simple accidente”

  • La pantalla del siglo
  • “Un simple accidente”
  • Annemarie Meier

Sorprende y alegra que la película ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes de mayo 2025 haya encontrado el camino a nuestra cartelera antes de que termine el año. Se exhibe tanto con el título en español “Un simple accidente” como “Fue solo un accidente” y está escrita, dirigida y producida por el realizador iraní Jafar Panahi. Interesante que la persona de Panahí nos sea familiar ya que interpretó el rol del protagonista en la mayoría de sus filmes. Su pasión por la realización de cine y las ansias por hacerlo a pesar de la prohibición de las autoridades, no sólo lo llevó a la cárcel y la reclusión domiciliaria, sino lo obligó a trabajar en la clandestinidad. “Un simple accidente” (“Un simple accident”) es su primer filme desde el 2006 que pudo grabar en libertad, aunque sin permiso. También pudo viajar a Cannes para acompañar la exhibición en la sección oficial de competencia y recibir el premio personalmente.

La película empieza en un coche en marcha, una situación que caracteriza varias obras del director. Al volante está un hombre con barba, a su lado su esposa con hiyab y en el asiento trasero su pequeña hija con un animalito de peluche y ganas de música rítmica. La escena familiar se interrumpe por un accidente: El coche atropella a un perro y el motor del coche necesita ser reparado en un taller. La reacción del mecánico Vahid (Vahid Mobasseri) que, al observar al dueño del coche, se esconde y falsea la voz, despierta nuestra curiosidad y de ahí en adelante será Vahid quien atrapa nuestra atención, sostiene el suspenso y hace avanzar el relato tipo thriller que responde gota por gota a nuestra curiosidad y nuestras dudas. Vahid es el protagonista del filme y el hecho de que reconoce en el dueño del coche a su torturador en la cárcel despierta su sed de venganza. El mecánico secuestra al hombre y cava una fosa para enterrarlo. En el último momento, sin embargo, empieza a dudar: ¿Qué tal si lo confunde y mata a un inocente? La necesidad de certeza lo obliga a acudir a otras víctimas que, a su vez, piden opinión a más personas.

Como espectadores seguimos con suspenso la escalada de argumentos y dudas y nos enteramos del horror de las cárceles en las que el régimen teocrático autoritario reprime a los que no se someten a sus reglas. Sin embargo, las reacciones de los personajes, los argumentos y los diálogos no se quedan en un horror pasado sino hablan del presente y tienden hacia el futuro al cuestionar el derecho a responder a la violencia con actos de venganza que significarían seguir con la cadena de violencia aún si se hubiera superado el régimen autoritario.

Las preguntas que despierta y formula “Un simple accidente” desarrollada como thriller son profundas y serias pero Panahi les imprime un toque de humor al mostrar tradiciones y rituales de la sociedad iraní que le dan vida propia a los personajes y destensan la trama central. La exagerada gestualidad del protagonista, una pareja de novios durante la tradicional sesión de fotos antes del matrimonio y el encuentro con dos guardias de seguridad que observan con sospecha la camioneta y sus pasajeros enriquecen el relato y la experiencia fílmica del espectador. Ojalá sean indicios de que en el futuro Panahi pueda seguir trabajando y creando sin los terribles obstáculos que marcaron su vida y obra.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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