En noviembre del 2019 Apple Tv+ iba a estrenar The Banker (El banquero) de George Nolfi a nivel mundial. Debido a una investigación alrededor de Bernard Garrett Jr., coproductor e hijo del personaje en el que está basado el filme, el estreno se canceló. Ya sin el nombre de Garrett en los créditos, la película se estrenó finalmente en Europa y llegó a la plataforma de Apple hace un par de semanas. Como ficción “basada en hechos reales”, El banquero es una buena opción fílmica para ver en casa. También es una lección de historia estadounidense ya que nos recuerda la brutal normalidad con la que en los años sesenta del siglo pasado, el racismo contra los afroamericanos seguía permeando los negocios, las finanzas y la vida diaria del sur de EUA.
The Banker empieza en 1939 en una ciudad de Texas. Bernard Garrett, un niño afroamericano que trabaja como limpiabotas en un vecindario de bancos y oficinas, empieza a interesarse por las finanzas y la manera de hacer dinero. Apunta lo que lee y escucha de sus clientes y se propone utilizar lo aprendido para volverse rico, a pesar de las burlas de su familia que le recuerda que para un “negro” es imposible alcanzar el sueño americano. A finales de los años cincuenta, Bernard (Anthony Mackie), casado y con un hijo, se muda a California en busca de trabajo y éxito. Con inteligencia financiera y sentido empresarial, se asocia con Joe Morris (Samuel L. Jackson) para construir un imperio de bienes raíces que pretenden extender al sector bancario de California y Texas. Puesto que las grandes empresas y, en especial los bancos, están en manos de anglosajones, contratan a Matt Steiner (Nicholas Hoult), un joven blanco de clase obrera, para que les sirva de prestanombres.
El filme trasciende con creces el biopic de éxito de hombres aguerridos que hacen carrera gracias al esfuerzo y el trabajo. El juego dramático con los roles blanco vs. negro invertidos despierta empatía y suspenso ya que el filme muestra cómo el chico blanco que entra a las grandes ligas del negocio, es educado y entrenado por afroamericanos. Los prejuicios y clichés raciales caracterizan las mejores escenas del filme ya que descubren, con humor y lujo de detalle, la terrible normalidad con la que el racismo está instalado en la sociedad. Un racismo estructural que no solo permea las leyes y reglas sino se traduce en miradas, gestos y comentarios diarios: Un fruncir de cejas al ver entrar a un negro en un banco, un comentario dudoso acerca de la inteligencia de un ciudadano de color, un gesto de repulsión frente a la afanadora Eunice, esposa de Garrett, quien por cierto, apoya la lucha de los hombres pero también les recuerda su situación de doble marginación como negra y mujer. No cabe duda: El banquero es una lección de historia, estadunidense y universal.