Dicen que a quien madruga Dios le ayuda y los partidos se lanzan en pos de elegir al mejor perfil para contender por la elección presidencial en el 2024, pero ¿y a los ciudadanos quién les ayuda?
Todavía no termina el sexenio y pareciera que ya está en sus últimos meses, porque al dar el banderazo a la “caballada”, el poder del Presidente en turno comienza a difuminarse ante las perspectivas sobre quién será el que asuma el control del país.
Bueno, así era en los tiempos del priismo todopoderoso, cuando el Presidente en turno se convertía en el gran elector y todos los tricolores estaban pendientes de hacia dónde se dirigía la marea para estar con el bueno y obtener un hueso los próximos seis años.
Pero entonces el Presidente no dejaba de tener el poder hasta que los sectores del partido, con su venia, por supuesto, anunciaban que después de varias consultas se había decidido que fulano o mengano sería el abanderado del PRI y toda la militancia lo elevaba sobre sus hombros hasta encumbrarlo en la Presidencia de la República.
Pero ahora las cosas son muy diferentes, aunque hay algunas que parece que la 4T nos colocó en aquellos tiempos del PRI de los años 70. Pese a que ya abrió la carrera para elegir al sucesor, la influencia de López Obrador parece muy viva, y los cuatro triunfos de seis gubernaturas en disputa dan fe de que la operación del estado y la imagen de AMLO todavía tienen repercusión en las urnas.
Ayer MILENIO publicó que Mario Delgado, líder nacional de Morena, anunció que habrá dos encuestas para definir al abanderado para el proyecto continuista de la 4T que se realizarán en 2023.
Todavía no se sienten resultados positivos en el país y ya están pensando en alargar la 4T y ya ni hablemos de la oposición, que aún sigue confundida por la jornada electoral de la semana anterior, en los que se llevaron dos triunfos, aunque nadie quedó convencido de que eso fuera una muestra de fuerza opositora.
Lo cierto es que los tiempos electorales se vuelven a agitar y para 2023 se elegirá gobernador en Coahuila y el Estado de México, dos bastiones priistas que son muy apetecibles para el partido en el gobierno federal, en todo caso serán un entrenamiento rumbo a la elección presidencial de 2024. Morena y Alianza va por México serán sometidas a una gran prueba el próximo año.
Andrés Amieva
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