Ya escribí de los nuevos “spots” de Claudia Sheinbaum, de los nuevos “spots” de Xóchitl Gálvez. ¿Qué pasa con lo nuevo de Jorge Álvarez Máynez? Mucho.
Vamos de lo general a lo particular. ¿Qué fue lo que cambió? Toda la parte ridícula, nociva e impropia que tuvimos en los primeros “anuncios” con el candidato jugando futbol, vendiendo tenis anaranjados y con toda esa música hueca.
Siento que los asesores de Movimiento Ciudadano por fin entendieron lo que está pasando aquí (¡Demasiado tarde!) y aunque saben que no van a ganar, como que ahora sí quieren terminar en una posición más digna.
¿Y cuál es la estrategia? Promover a don Jorge, que la gente lo conozca, que lo ubique y, lo más importante de todo, que se quede con un buen sabor de boca.
Aquí no tenemos odios, comparaciones ni lo que estamos viendo en otras partes. Tenemos dinamismo, propuestas y actitud.
¿Cuál es el problema? No sé usted, pero yo no confío en los candidatos que, en toda su comunicación, salen solos, sin contactar con el electorado.
Eso manda un mensaje espantoso de inseguridad, miedo y hasta de desprecio.
Pero espérese, en el caso de los “videos” de Máynez se pone peor porque cuando el señor llega a aparecer en algún espacio con gente, nadie lo voltea a ver.
Es como si no existiera, como si no lo conocieran, como si a las audiencias les diera igual y eso, en comunicación política, es un pecado.
Por si esto no fuera suficiente, se percibe mucha ansiedad en los nuevos “anuncios” del candidato de Movimiento Ciudadano.
Don Jorge habla, habla, habla, le mete velocidad, más velocidad, más velocidad. Hasta parece examen de locución. El que mucho abarca, poco aprieta. ¡Cuidado!
Ahora sí, vámonos con uno de los nuevos “spots”. Si le padece, me quedo con el de la Alameda.
¿Qué vemos? Jorge Máynez está en la Alameda Central de la Ciudad de México, con las jacarandas en flor, muy temprano por la mañana.
A pesar de ser el espacio público que es, no hay nadie más. Es como si el Apocalipsis hubiera acabado con la capital de la nación. Se ve raro.
Máynez está al centro de la toma caminando hacia nosotros mientras dice: “Soy Máynez y estoy aquí porque quiero un México nuevo”.
Mucho gusto, señor Máynez. ¿Por qué si quiere estar en un México nuevo elige el centralismo chilango para mandar ese mensaje? ¿Por qué no algún espacio que cuente la historia de éxito de su partido en plazas como Nuevo León o Jalisco?
¿Por qué si este México va a ser nuevo usted decide caminar por uno de los lugares más viejos de la capital? ¿No hubiera estado mejor una locación más joven, futurista o ligeramente más apegada con esta idea?
¿México nuevo? ¿Así como el nuevo Nuevo León? ¿No es como demasiado obvio? ¿No es escandalosamente pobre en términos creativos?
Eso sí, muy bonitos los efectos especiales porque mientras Máynez habla, algunas de sus palabras aparecen digitalmente atrás de él como si fueran anuncios de neón.
Don Jorge continúa: “En un México nuevo la justicia es el único camino para que vivas en paz. Tus derechos se respetan. Y las niñas y los niños van primero”.
Me preocupa que cinematográficamente no haya el más mínimo apoyo al discurso del candidato.
La forma no va en concordancia con el fondo. Si estamos hablando de justicia, ¿dónde están las imágenes? ¿Dónde están las injusticias? ¿Dónde están las estadísticas?
E, igual, yo sé que las niñas y los niños no votan pero, por lo mismo, debería haber algo parecido a la congruencia audiovisual. ¿Cuál es el apoyo cinematográfico de esta idea? No pongan al candidato a hablar a lo loco. Se quema.
Y si no me cree, sustituya ese texto por el menú de Sanborns, por la receta de las enfrijoladas o por el Brindis del Bohemio. ¡Se hubiera visto igual!
¿Qué sigue? Máynez señala: “Un México nuevo protege a la naturaleza para que las nuevas generaciones tengan un mejor futuro”.
Qué rara secuencia lógica. ¿Cómo fue que llegamos a la naturaleza si el tema eran las injusticias? Si ya habíamos hablado de niñas y de niños, ¿para qué rematar con las nuevas generaciones?
Estamos ante el típico “comercial” que promete por prometer, porque suena bonito, porque “a ver si caes”. Si no fuera así, insisto, la producción hubiera metido algo.
¡Pero no metió nada! ¡Lo dejó hablando solo! Y cobran. ¡Qué vergüenza!
En eso estábamos cuando llegamos al clímax del “spot”. Jorge Máynez entra en euforia, agita sus brazos emocionado y exclama: “¡Estoy aquí porque quiero un México próspero, un México de iguales, un México en paz!”
Dime algo que no sepamos, que no sea lugar común, que sólo lo puedas decir tú, tú y ningún otro candidato. ¡Dime algo que me diga algo!
No es anuncio de refresco. No es un requisito burocrático. Es una campaña rumbo a la elección presidencial.
¿Cuál es el final de este video? Jorge remata: “Soy Máynez y quiero ser el presidente de México, del México nuevo”.
La toma sube y vemos la bonita Ciudad de México con la Torre Latinoamericana y la Secretaría de Relaciones Exteriores al fondo.
Por último, la voz de una locutora concluye: “Maynez, el candidato a presidente. Movimiento Ciudadano”.
¡Qué le digo! Máynez ya nos había dicho “Soy Máynez”. Decirlo tantas veces es como para meme. Como lo del México nuevo. Como todo en él.
Sí, hay un cambio positivo respecto a los primeros “spots” pero es demasiado obvia la improvisación y la ausencia de un proyecto de nación. ¿O usted qué opina?