Hoy es un día importante porque esta noche, a las 20:30, en Las Estrellas, se va a transmitir el final de la telenovela Vencer el desamor.
¿Y? ¿Qué tiene esto de importante? Mucho más de lo que usted se imagina.
Estamos hablando del programa más visto de toda la industria de la televisión mexicana, de un cañonazo artístico, de un fenómeno social que debe ser estudiado y replicado.
Le explico: para nadie es un secreto que, por una muy vergonzosa combinación de elementos internos y externos, las telenovelas se han convertido en producciones mal posicionadas, sin prestigio, sin relevancia.
Vencer el desamor es la prueba más grande de que esto, que tantísimas personas desprecian, no sólo sigue vivo, sino que tiene mucho futuro tanto a nivel nacional como internacional.
Vencer el desamor es una telenovela, telenovela-telenovela, telenovela tradicional. ¡Y es un éxito!
Vencer el desamor es una historia original, un proyecto que se escribió aquí, en México. ¡Y le ganó a todos los “refritos”, a todas las importaciones!
Vencer el desamor es una telenovela de contenido social, un melodrama didáctico, como los que inventó Miguel Sabido en los años 70.
Esto, que se supone que es aburridísimo, que nadie quiere ver porque, según dicen “los que saben”, el público es tonto, grosero, violento y “caliente”, aniquiló a todos los programas “divertidos” de la gran pantalla chica. ¿Entonces?
No, pero espérese. Se pone mejor: la protagonista de Vencer el desamor no es una “nenorra” escandalosa, una “encueratriz” operada ni una modelo de alta vulgaridad.
Es una mujer madura, una actriz de verdad, una señora en toda la extensión de la palabra: Daniela Romo. ¿No que no?
¿Y qué me dice de lo que ocurre aquí a nivel identidad? Vencer el desamor es una telenovela mexicana, una telenovela de Televisa, a la que no le da pena verse como una telenovela mexicana ni parecer una telenovela de Televisa.
Todo aquí huele a lugar común: los créditos con las actrices posando, los colores, la comida. Todos aquí se ve de Televisa: el elenco, la edición, la musicalización.
Vencer el desamor confirma que el público de Televisa quiere ver Televisa, que las audiencias de Las Estrellas quieren ver Las Estrellas y que los espectadores de la televisión abierta privada nacional quieren ver televisión abierta privada nacional.
¡Hasta el final va a ser en viernes! ¡Como en los viejos tiempos!
¡Gracias a Rosy Ocampo, la productora de esta maravilla, y a todos sus colaboradores, por devolvernos lo que tanto amamos, por traernos de vuelta esto que tanto extrañábamos, por devolverle la dignidad perdida a las telenovelas sin dejar de innovar en fondo, en forma y en tiempos de covid-19!
Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, Vencer el desamor está buenísima y sus últimos capítulos han estado de alarido.
¡Qué manera de tocar los más delicados conflictos sociales del momento, sin ofender a la gran familia mexicana! ¡Qué manera de abrir el debate en nuestros hogares! ¡Qué manera de divertirnos! ¡Felicidades!
Por lo que más quiera en la vida, luche con todas sus fuerzas por ver el desenlaza de este portentoso proyecto hoy a las 20:30 en Las Estrellas. Le va a gustar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com