Un día, horrorizado, vez morir a un perro por la imprudencia de un conductor que atiende su celular mientras maneja, y al siguiente te toca salvar a un cachorro malnutrido y asustado de ser aplastado en la carretera. Maestra vida, dice Rubén Blades: te da y te quita, te quita y te da.
Parece innegable que, gracias a las redes sociales, ha cambiado nuestra relación con los animales, al menos con aquellos que consideramos nuestras mascotas y esosque conforman la fauna urbana. El trabajo en redes que animalistas independientes y asociaciones pro-derechos de los animales hacen, ha sido fundamental para comprender nuestra responsabilidad colectiva en el combate al maltrato, la crueldad y el abandono. Ahora, gracias también a ciertos esfuerzos legislativos, casos terribles como los de Scooby y Pay de Limón–que demuestran la capacidad infinita de maldad de nuestra especie– no pasan desapercibidos y generan conciencia respecto a nuestro papel fundamental en el cuidado y respeto a la vida más allá de nuestras narices. Supongo que el próximo paso que deberían dar los creadores de leyes de nuestro país es dejar de amparar la fastuosa crueldad de las corridas de toros y la “cacería deportiva” bajo los rótulos culturales, turísticos y económicos, para promover su prohibición total.
Parece innegableque hay una mayor conciencia respecto a las condiciones en las que mantenemos a nuestros animales: el boyante mercado de productos de cuidado para mascotas, el creciente hábito del paseo de perros y el mayor rescate de animales callejeros podrían ser indicadores positivos de cambio.Sin embargo, aún falta crecer en el aspecto relacionado con la comunidad: la responsabilidad expandida que implica, por ejemplo, el recoger la mierda de nuestras mascotas cuandolas sacamos a pasear. Supongo que está de lujo considerar las necesidades de esparcimientos de nuestros perros;estaría más de lujo si también fuéramos responsables de ello y respetáramos el derecho de los demás (personas y animales) a calles y parques libres de cacas de perro. Supongo que ser responsables a medias no cuenta. Paz