Para nadie es un secreto en esta ventosa y caliente capital que la glorieta bajo el puente atirantado tiene una serie de fallas que han impactado, para mal, en la movilidad y la seguridad de la zona. Esas obras, puente y glorieta, fueron hechas para mejorar el flujo vehicular y conectar puntos estratégicos de la capital hidalguense, pero su diseño y ejecución han generado severos problemas que no solo ponen en evidencia serias deficiencias en su planeación y diseño, también son un verdadero reto para conductores y peatones.
Los primeros porque a la fecha, y desde su inauguración aquel 4 de marzo de 2022, no aciertan a entender bien a bien cómo es que esa cosa les auxilia en temas de movilidad, en especial porque no hay una adecuada señalización, no hay elementos de seguridad, no hay pues forma de entender cómo se maneja ahí; los segundos, porque no cuentan con una vía segura para poder transitar de un extremo a otro en cualquiera de las dos avenidas que confluyen en ese punto: Luis Donaldo Colosio y Felipe Ángeles, las más importantes vías de comunicación en la ciudad.
Y por supuesto que hay molestia. Quienes tenemos la mala fortuna de caminar por esa zona debemos esperar a que algún otro mortal tras el volante se apiade y nos permita el paso; quienes conducimos debemos apelar a la ya muy escasa amabilidad de otro para poder girar hacia cualquier sentido o incorporarnos a algún otro carril. En pocas palabras y en una franca y muy mexicanísima expresión, ese lugar es un desmadre.
No miento. La costosa estructura es un monstruoso fracaso de la administración estatal pasada que la administración estatal presente está obligada a corregir porque por supuesto podría ser cien por ciento funcional y, al menos, segura (así, a secas), pero hay que invertirle, así que a los 502 millones de pesos que dijeron había costado (100 milloncitos más de los originalmente planteados), ahora sumarán, para empezar al menos, 50 millones más, “para mejorar la seguridad peatonal y la circulación”.
Es un hecho. El puente atirantado y su glorieta no han cumplido con las expectativas en términos de funcionalidad, seguridad y accesibilidad. El problema fue identificado y ya se planea resolverlo, lo cual se agradece, pero la duda es… ¿y el o los responsables? Alguien tiene que pagar por este error… ¿o no?