Terminó el ciclo escolar 2024-2025 y ahora, los estudiantes de educación básica y media superior tendrán mes y medio de vacaciones.
Para quienes somos padres y nuestros hijos se forman en escuelas publicas o privadas, podríamos evaluar su desempeño (el de los colegios) como que apenas y pasaron de panzazo. Esto involucra a autoridades, directivos y maestros.
Y es que el aprovechamiento escolar raya en la mediocridad.
México lleva años arrastrando un problema estructural en materia educativa, con bajo rendimiento en evaluaciones internacionales y deficiente formación docente que se agravó con la pandemia.
Las pruebas PISA de la OCDE (que es considerado un termómetro global de la calidad educativa) nos colocan en los últimos lugares en matemáticas, lectura y ciencias, donde seis de cada 10 estudiantes mexicanos no comprenden lo que leen y siete de cada 10 no pueden resolver problemas matemáticos básicos.
A pesar de ello, el sistema educativo nacional sigue operando con un calendario que, en la práctica, se ve aún más recortado por una larga lista de suspensiones.
Para el ciclo escolar 2025-2026, publicado por la SEP, se establecen 185 días efectivos de clases, es decir, la mitad del año, si tomamos en cuenta que el calendario civil tiene 365 días.
Entre las causas más comunes de suspensión están los días festivos oficiales (al menos 10); los benditos Consejos Técnicos Escolares (10); las suspensiones por elecciones, procesos sindicales o causas administrativas; climas extremos o desastres naturales; paros laborales o movilizaciones del magisterio; eventos sociales como kermeses, desfiles o convivencias; y festivales absurdos; más los pretextos inverosímiles.
Cuando la cantidad de días efectivos disminuye, el impacto no es solamente logístico, sino pedagógico.
Y si a eso sumamos programas educativos desfasados, carga administrativa excesiva para docentes y aulas saturadas, el ciclo se vuelve una carrera contra el tiempo que se pierde antes de arrancar.
El problema es que no hay certeza de que, por ejemplo, los días de Consejo Técnico realmente impactan en la mejora docente. Y cuando se van a clases virtuales, es día perdido porque no tenemos la infraestructura digital para que resulte en un proceso exitoso.