Que si la economía, los políticos, las elecciones, las reformas, la inseguridad, el desempleo, el autoritarismo… ¡ya estuvo bueno! Dejemos a un lado todo aquello que nos bombardea día a día.
¿Qué les parece si en esta última columna del 2022 nos deseamos puras cosas buenas? Porque nos hace falta eso, hacer una pausa y abrazarnos en los buenos deseos.
Porque somos una sociedad que compartimos las problemáticas pero entonces también debemos repartirnos el éxito.
Si usted tiene un vecino que acaba de tener un ascenso; si el compañero del trabajo ya estrenó carro; si su familiar se graduó con honores, alégrese también porque quiere decir que está rodeado de gente fregona como usted.
Dejemos a un lado los egoísmos, las envidias, los rencores porque ha quedado visiblemente demostrado que eso no construye, al contrario, que eso divide y nos hace daño.
En la víspera del Año Nuevo vale la pena reflexionar si estamos haciendo las cosas bien; si estamos construyendo o destruyendo.
¿Qué huella estamos dejando? ¿Somos parte del problema o de la solución?
Fuimos testigos este año de mucha gente que se fue; algunos son recordados con cariño y otros fueron olvidados con rapidez.
Que nuestro paso por este mundo sirva para hacerlo mejor.
Es tiempo de pensar más allá de los partidos, de los grupos o de las ideologías y comenzar a pensar en nosotros como sociedad, como parte de una familia que vivimos en una casa común.
No estarán para saberlo pero cada mañana que salgo de casa y me encomiendo a Dios, pido por mi familia, por mi trabajo, por mis compañeros de Multimedios y de los de radio, y también pido por nuestra audiencia, nuestros lectores y aunque no lo crea, hasta por los políticos. Hay que pedir por todos.
No importa la religión que profese, pero deseo que en sus oraciones me incluya usted a mi y a este gran equipo de noticias que a diario trabajamos por mantenerlo informado.
Que en su familia haya abundancia, que su salud se vea intacta, que nunca falte el pan en la mesa, que se permita ciertos lujos, que tenga quien lo abrace y le quite el frío, que sea estúpidamente feliz, deje de fregar a los demás, sea una buena persona y que reciba el 2023 con los brazos abiertos porque lo mejor, esta por venir. Esto se va a poner mejor.
Alberto Rueda
alberto.rueda@multimedios.com
