Política

¿Por qué?

  • Columna de Alberto Isaac Mendoza Torres
  • ¿Por qué?
  • Alberto Isaac Mendoza Torres

El cantautor cubano-mexicano Francisco Céspedes tiene una canción que al detenerse a escucharla inicia con una frase demoledora: “Tú, ¿por qué? La pregunta que siempre le ha dado sentido a la vida”. Claro es una canción romántica, que habla de justamente eso, el amor que hay entre dos personas, que al tratar de explicárselo solo se encuentran con el vacío y la soledad.

Hay muchos recursos que nos brinda la melodía para tratar de abordar la cuestión siempre intrincada del amor, pero por hoy solo -que no es poco- quiere usar “la pregunta que siempre le ha dado sentido a la vida”, para continuar con mi escrito.

Ya sea como sociedad o ya sea en lo individual constantemente nos estamos preguntando ¿por qué?, ¿por qué mi marido ha dejado de amarme?, ¿por qué un adolescente es capaz de asesinar a una mujer?, ¿por qué los niños sufren de ansiedad y depresión?, ¿por qué este amigo me traicionó?

Para llegar a unas eventuales respuestas a estas dudas podríamos formularnos otras preguntas, se me ocurren algunas: ¿pueden factores externos a mi proceder influir para que mi marido con el paso del tiempo considere que amarme ya no es su prioridad?, ¿la adolescencia es un estado libre de pensamientos agresivos que pueden desencadenar en daños a terceros?, ¿son las conductas infantiles manifestaciones de ansiedad y depresión?, ¿mi concepto de traición es aceptado por todos, o solo aplica a mi sistema de pensamiento?

La posibilidad de preguntar desde otros lugares y de distintas maneras es muy amplia, cuando de conocer la verdad se trata, sin embargo, preferimos apostar por el “por qué”, no únicamente por ser la pregunta más sencilla de formular. También lo hacemos porque como dice Céspedes, es la pregunta que da sentido a la vida.

Los humanos amamos que la vida tenga sentido. Quizá en parte porque el cerebro está hecho para ordenar, en sus dos acepciones, tanto busca como encaminar y dirigir como colocar las cosas de acuerdo con un plan conveniente. Y también en parte porque el alma está confeccionada de relatos, de relatos que tienen sentido.

A la mujer no le importa descubrir por qué ya su marido no la ama, es más, si él le dijera la verdad de su “decisión”, ella no la creería y pasaría algunos años en terapia indagando cómo fue posible este suceso. A la gente que ve en los medios la noticia de un feminicidio a manos de un adolescente le preocupa comprobar que este fue motivado por una serie de televisión y por las redes sociales, mismos monstruos que acechan día y noche a los niños provocándoles depresión y ansiedad, porque eso le hace sentido. Aceptar que las cosas pasan y solo después de que pasaron las justificamos y calificamos como buenas o malas, le hace estallar la cabeza a más de uno.

Buscamos ante todo y sobre todo las cosas que nos den sentido, en lo colectivo y en lo individual. Por eso muchas terapias psi “triunfan” porque llenan de sentido al paciente, lo impulsan a que busque su sentido de vida. Y claro eso puede funcionar como efecto placebo, por un tiempo determinado, hasta que eso deja de tener sentido y se vuelva a buscar “algo” que vuelva a dar sentido a la vida.Aunque muchas situaciones de la vida, como la vida misma, no tengan sentido. Como canta Céspedes “... (no hay) ninguna respuesta escondida, sin un porqué y fuiste mía”.


Ilustración de Mored
Mored


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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