Política

Omega y alfa: Constantinopla y Tenochtitlan

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La caída de Constantinopla por los turcos en 1453, el fin de la Edad Media en Europa, tiene algunos rasgos paralelos con la caída de Tenochtitlan en 1521.

Desde luego hay diferencias de tipo económico, militar y geográfico, pero llama la atención algunas similitudes entre los sitios de Constantinopla y Tenochtitlan.

Constantinopla quedó en manos de los otomanos y se cerró el intercambio comercial con Asia, por lo que las potencias europeas buscaron nuevas rutas hacia China, solo que en el camino a la India España se topó con parte del territorio que hoy es México. 

Una hipótesis de trabajo podría ser que Hernán Cortés haya conocido la historia de la victoria de Mehmet II sobre Constantino para inspirarse en la toma de Tenochtitlan. 

Bernal Díaz del Castillo escribió que “hubo soldados que habían estado en muchas partes del mundo, en Constantinopla y en toda Italia y Roma, y dijeron que plaza (de Tenochtitlan) tan bien comparada y con tanto concierto y tamaña y llena de gente no habían visto”.

Las profecías, la superioridad militar y la flota naval en la toma de la antigua Bizancio podrían haber sido elementos que influyeron en la estrategia del conquistador español en el asalto final a la capital de los mexicas.  

Los bizantinos y los aztecas creían en los malos augurios. 

El emperador Constantino tuvo el presagio de que la ciudad jamás caería mientras la luna estuviera en cuarto creciente, pero la batalla final contra los turcos empezó una noche del cuarto menguante.

El emperador Moctezuma tuvo el presagio de la llegada de unos desconocidos por el avistamiento de un cometa en el oriente, “una espiga de fuego”, como lo escribió fray Bernardino de Sahagún, según testimonios indígenas. Y confundió a Cortés con Quetzalcóatl.

El ejército turco se calcula estaba formado por hasta 160 mil hombres mientras que los defensores de la ciudad serían aproximadamente 5 mil griegos, resguardados por las murallas de la antigua Bizancio, hoy Estambul. Durante el asedio, los refuerzos de Venecia nunca llegaron como tampoco llegaron a Tenochtitlan los suministros de los aliados mexicas. 

La población de Tenochtitlan se estima que era de unos 250 mil habitantes, algo menor que la de Constantinopla, la más poblada del mundo. El número de los defensores de la Triple Alianza era muy superior a la coalición de españoles e indígenas, pero el sitio de la ciudad lacustre fue devastador.

No existe documento para probarlo, pero quizá Hernán Cortés se inspiró en la estrategia naval militar que Mehmet II empleó en Constantinopla para sitiar Tenochtitlan 63 años después: rodar naves por tierra y botarlas en el agua para lanzar ataques navales.

El conquistador turco no podía incursionar con sus embarcaciones al interior del Cuerno de Oro para atacar Constantinopla debido a la cadena de hierro extendida de costa a costa, pero para evitarla transportó sus naves por tierra desde la ribera del Bósforo y ponerlas a flote dentro del Cuerno de Oro.

Cortés diseñó una estrategia similar al ordenar construir 13 bergantines en Tlaxcala que transportó por tierra hasta el lago de Texcoco, creando un cerco naval, clave para vencer a los mexicas en el lago que rodeaba a México-Tenochtitlan y apresar al emperador Cuauhtémoc cuando huía con su familia en una gran piragua.

Para Europa, la caída de Constantinopla significó el fin del cristianismo en el Oriente mientras que la caída de Tenochtitlan representó el comienzo del cristianismo en el Occidente. Omega y alfa de la religión. 


Agustín Gutiérrez Canet

gutierrez.canet@milenio.com

@AGutierrezCanet


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Agustín Gutiérrez Canet
  • Agustín Gutiérrez Canet
  • gutierrez.canet@milenio.com
  • Periodista y Embajador de México en retiro. Licenciado en comunicación (U. Iberoamericana). Diplomático de carrera, representó a México como embajador en Rumania (2013-2016), en Finlandia, concurrente en Estonia (2008-2013) y en Irlanda (1995-1996). Fue cónsul general en Hong Kong y en Macao (1991-1995), ministro y jefe de cancillería en España (1989-1991), consejero en Italia (1985-1986) y representante alterno ante la FAO en Roma (1986-1987). En la Secretaría de Relaciones Exteriores fue director general de Comunicación Social (1982- 1985) y subdirector general de Prensa Extranjera (1980-1982). De 2003 a 2005 fue coordinador de Información Internacional en la Presidencia de la República y director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (1998-2002). / Escribe todos los jueves su columna Sin ataduras
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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