Thales, la empresa francesa de tecnología avanzada, opera de forma silenciosa pero decisiva en la vida digital de millones de mexicanos. Así lo explica Analicia García, directora general de Thales en México y primera mexicana en ocupar el cargo, quien cumple un año al frente de la compañía.
“Cada vez que usas tu celular o navegas en internet hay tecnología nuestra detrás”, afirma. En México, Thales produce SIM y eSIM —las tarjetas digitales integradas en los dispositivos—, así como soluciones para tarjetas digitales y seguridad de transacciones. Su presencia en el país es estratégica: cuenta con mil 300 colaboradores, dos plantas de producción y un centro de ingeniería que da servicio a toda Latinoamérica.
La planta de Cuernavaca es un centro de excelencia mundial que fabrica SIM y eSIM para el mundo, mientras que la de Iztapalapa acaba de aumentar su producción 30 por ciento y exporta a Norteamérica y Sudamérica.
El auge de los ciberataques en México ha puesto presión sobre gobiernos y empresas. Para García, el reto empieza por entender que “el dato es el activo más valioso”.
La compañía protege infraestructuras críticas, pero subraya que la educación del usuario es indispensable: no usar WiFi públicos sin cautela, evitar leer QRs desconocidos y ser conscientes de la exposición digital cotidiana.
De cara al futuro, García quiere consolidar a México como un pilar mundial para Thales. “Quiero que esta empresa siga siendo una fuente de progreso y desarrollo de talento mexicano”, dice.
¿Qué hace Thales en México y de qué manera está presente en la vida de los mexicanos?
Nosotros estamos presentes —aunque de forma silenciosa— todos los días en la vida de millones de mexicanos.
De manera general, Thales es una empresa líder en tecnologías avanzadas, presente en sectores como Defensa, Aeroespacial, Tecnologías Digitales y Ciberseguridad.
Y si lo aterrizamos a la vida diaria: cada vez que usas tu celular o navegas en internet, probablemente hay tecnología nuestra detrás, ya sea en el SIM o eSIM (Embedded SIM, tarjeta digital que viene integrada en los dispositivo) que producimos en México. También desarrollamos la tecnología para tarjetas digitales y garantizamos la seguridad de las transacciones.
¿Qué tan importante es México para Thales a nivel mundial?
Somos muy relevantes. Contamos con mil 300 mexicanos trabajando aquí y México fue, de hecho, la puerta de entrada de Thales a Latinoamérica hace 60 años. Operamos dos plantas de producción que no solo atienden el mercado local.
La planta de Iztapalapa, que recientemente incrementó su producción 30 por ciento, exporta a toda Latinoamérica y Norteamérica. Y en Cuernavaca tenemos una planta que produce SIM y eSIM para todo el mundo: es un centro de excelencia mundial.
Además, desde México operamos un centro de ingeniería especializado en gestión de tráfico aéreo. Ingenieros mexicanos de clase mundial atienden desde aquí a México y a toda Latinoamérica.
En México han aumentado los ciberataques. ¿Cómo enfrentan ustedes este reto?
Lo primero es entender qué protegemos: los datos. Hoy el dato es el activo más valioso. Nosotros protegemos los datos o las infraestructuras que los resguardan, para que los clientes de nuestros clientes estén seguros.
ella dice"La identidad no es solo tu nombre o tu foto,
Son tus biométricos, tu voz y tus documentos"
Pero todo comienza por la educación. Ser conscientes de que no debemos entregar nuestros datos tan fácilmente: leer cualquier QR en la calle, conectarnos a un WiFi público sin pensarlo… En un mundo más interconectado, los riesgos crecen, y necesitamos mayor cultura de protección digital.
¿Cómo deben manejar las empresas y gobiernos la comunicación después de un ciberataque?
Es un tema crítico y depende de la institución, la magnitud del ataque y la sensibilidad de los datos comprometidos. Hay casos, como un retailer muy famoso en Estados Unidos, que tuvo que salir públicamente a decirlo para que los usuarios tomaran medidas: cambiar contraseñas, revisar accesos, etc.
No hay una regla general. Es caso por caso, dependiendo de los riesgos y del tipo de información expuesta.
Pasemos al fraude de identidad. ¿Qué están haciendo ustedes para reducir su incidencia?
Igual que en ciberseguridad, el activo más valioso es el dato. Para hablar de identidad, primero debemos definirla: no es solo tu nombre o tu foto; también son tus biométricos, tu voz, tus documentos oficiales y todos tus datos personales en el mundo físico y digital.
Nosotros ayudamos a proteger esa identidad para que las personas puedan viajar, comprar o comunicarse de manera segura. Un ejemplo tangible: en nuestra planta de Cuernavaca producimos biométricos para identificación y también documentación oficial, como pasaportes. Esa es nuestra contribución para combatir el fraude de identidad.
¿Cómo están integrando la inteligencia artificial dentro de sus productos?
En Thales no podríamos ser una empresa de tecnología avanzada sin la inteligencia artificial (IA). Si bien no somos una empresa “de IA”, si está integrada en muchas de nuestras soluciones desde hace años.
Un ejemplo de ello es la división aeroespacial, usamos inteligencia artificial para optimizar rutas aéreas. Esto permite vuelos más cortos, menor consumo de combustible, menos emisiones y una mejor experiencia para los pasajeros. Es un ejemplo claro de cómo la IA puede tener un impacto ambiental y social positivo.
Cumples un año como CEO y eres la primera mexicana en ocupar ese cargo, ¿qué legado te gustaría dejar?
Me gustaría dejar un gran legado para mi equipo y para Thales en México. Esta empresa tiene tecnología increíble, pero lo que más me inspira es su impacto en la vida de millones de mexicanos. Ser la primera mexicana en dirigirla me llena de orgullo, pero también de responsabilidad.
Quiero seguir impulsando su crecimiento, que continúe siendo una fuente de progreso para México y, sobre todo, que sea una plataforma para desarrollar talento mexicano.
Casos como nuestro centro de ingeniería de gestión de tráfico aéreo —que demuestra que los ingenieros mexicanos están al nivel de cualquier otro en el mundo— son ejemplos que quiero multiplicar. Ese sería un legado maravilloso para mí.
KRC