Espectáculos

Grave/Mal, un sonido que emana de la ternura radical y el transitar por la vida con ojo filoso

Entrevista

En la antesala de su participación en el Festival Hipnosis (el 2 de noviembre), Ali y Beh, las integrantes del dúo, hablan con MILENIO sobre amor, comunidad y el sentido de hacer música.

Dejando que la "experimentación" guíe y acompañe su proceso creativo, Grave/Mal, dúo de tran(s)ce-punk originario de Guadalajara, camina de manera ascendente en el panorama musical nacional que dista de lo mainstream y superfluo.

Tras el lanzamiento del EP Todo acaba el pasado febrero — cuatro temas envueltos en capas de sonido lúgubres e iracundas, y letras vulnerables y ¿proféticas? —, Ali y Beh, las integrantes del proyecto, han tenido un 2025 cargado de shows, destacando el del próximo 2 de noviembre en Ciudad de México: el Festival Hipnosis, junto a Spiritualized y Dinosaur Jr.

"Lo vemos como una experiencia nueva, que se sale de nuestra zona de confort. Eso mismo es lo que nos emociona. Haremos lo que podamos y no olvidaremos pasarla bien", dicen a MILENIO en la antesala del Festival. También hablan del amor, su trabajo con el productor Hugo Quezada y la importancia de, ante la entropía social actual, hacer comunidad.
El segundo día del Festival (Especial)
El segundo día del Festival (Especial)


La ternura radical y el ojo filoso

— Ali y Beh. ¿Qué significa para ustedes hacer música y de qué manera buscan que ésta impacte en sus escuchas?

La música es lo único que sabemos hacer medio-bien. Es algo que nos conecta, entre nosotras y también con nuestro contexto, con nuestrxs amigxs. Nos conmueve, nos llena de energía. Es la excusa perfecta para seguir existiendo.
Tocar en vivo es hacer sonar nuestra esencia, vulnerabilidad, rabia y todo lo que somos, pero con amplificadores. No pensamos en el impacto que tiene lo que hacemos, pero estamos atentas para saber recibir las consecuencias de lo que generamos al manifestarnos sonoramente.

— En la descripción que acompaña Todo acaba hacen énfasis en el amor (“Lo deseamos, lo procuramos, lo buscamos”). ¿Qué otras emociones/sentimientos son vitales para el proyecto?

Creemos en la ternura radical. Ser amorosas y críticas al mismo tiempo. Transitar por la vida con ojo filoso, entendiendo el error como parte esencial de nuestro desarrollo. Ese amor es el motor que nos da espacio para sentir otro montón de cosas, que pueden llegar a ser más densas, oscuras o sórdidas.
Amar implica comprometerse al grado en el que, a veces, no queda más que la necesidad intensa de gritar la rabia y el caos ante nuestro crudo contexto.

— Hugo Quezada es el productor de Todo acaba. ¿Por qué trabajar con él? ¿Qué aportó a su sonido y proceso creativo?

Desde que comenzamos a tocar, todo lo que habíamos creado había sido auto-gestionado por nosotras (grabación, mezcla). Por lo tanto, nuestra experiencia con Hugo fue algo nuevo e insospechado. Ha sido la primera vez en la que nos permitimos experimentar el colaborar con alguien más dentro de nuestro proceso. Y, la verdad, recibimos mucho apoyo y generosidad de su parte, lo cual siempre le vamos a agradecer. Hugo le puso el hi-fi al lo-fi en un proceso de aprendizaje muy chido.

— Creen que en estos tiempos, tan inestables socialmente, ¿el arte, específicamente la música, puede sanear o mejorar el tejido social?

El concepto de 'arte' es algo que cuestionamos constantemente. No creemos que somos artistas ni pretendemos serlo, pero sí creemos que el acto que proponemos se llena de significado al verlo como una oportunidad de catarsis colectiva. Un espacio en el que quizá no podemos cambiar el estado de las cosas como tal, pero sí podemos desahogarnos y compartir la complejidad de nuestros procesos y sentires.
Nos sanamos en medida que nos damos espacio no sólo para cuestionar la realidad, sino también para canalizar todo nuestro contexto (la violencia, la incertidumbre, la precarización), en un momento compartido, nuestro, manifestando que no estamos solxs en este tránsito.

La comunidad ante la voracidad

— ¿Cómo lidian con la voracidad y urgencia implícitas en las plataformas digitales? Esa idea de que todo se cuenta: seguidores, reproducciones, etcétera. 

Está jodido. Nunca hemos puesto demasiado empeño cuando se trata de esa lógica más consumista de la música. No creemos en el éxito como normalmente se le percibe (en términos de 'la industria musical'), no nos importa ser vistas de ese modo.
Nuestro enfoque gira en torno a tratar de ser lo más viscerales y sinceras que podamos con la música que hacemos y la experiencia que deseamos compartir cuando tocamos en vivo.
El éxito, en ese sentido, se mide en todas las personas geniales que hemos conocido en el camino, los lugares que hemos visto, los momentos que hemos pasado. Fuera de eso, nada importa.

— En la escena musical independiente de Guadalajara, por llamarla de alguna forma. ¿Qué fortalezas encuentran y qué aspectos quedan por mejorar?

En Guanatos pasa algo peculiar. Estamos inmersas en una sociedad conservadora y muy aspiracionista (a la blanquitud). Eso mismo siempre ha generado una respuesta contracultural fuerte, lo que usualmente se manifiesta en bandas y personas creativas que construyen una identidad contundente. Eso nos gusta. 
Por otro lado, un tema recurrente aquí es que a veces las 'escenas' son muy sectarias, refiriéndonos a que sentimos que hace falta más intersección entre los diferentes tipos de expresión que se gestan en la ciudad.
Además, hay un problema muy concreto hablando de los espacios para tocar: cada vez hay menos y los que quedan son cada vez más inaccesibles. Eso nos deja con una problemática a resolver donde se entrecruzan el 'Estado' (hay una ley que impide hacer tocadas autogestivas por motivo de exceso de ruido), los foros (que priorizan el capital antes del florecimiento de movimientos sociales/creativos) y las personas que hacemos música.

— Se describen como un dúo que “busca hacer ruido y comunidad a los márgenes de todo”. Profundizar en eso, ¿por qué es importante lo comunal, unirnos?

Creemos profundamente que, para afrontar la realidad que se nos presenta, hay que darle batalla a los esquemas que tenemos programados, como el individualismo, el capacitismo, el elitismo, todo tipo de estratificación social. Por lo mismo, siempre vamos a proponer lo contrario: lo colectivo, el apoyo mutuo, el goce; generar lo que sea necesario para potenciarnos entre todxs.
La música es sólo el pretexto para juntarnos y vernos las caras. Para nosotras, la música no es nada en sí misma, sino lo que se teje alrededor de ella.

hc

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Yair Hernández
  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.
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