"Odio la industria, amo la música", afirma la cantante y productora mexicano-argentina Carla Rivarola al hablar sobre su sentir ante el panorama musical, donde ahora se presenta como Carla Fantasma debido a un renacer creativo motivado por una disputa legal que le abrió los ojos en muchos aspectos.
Bajo este mote, a principios de septiembre lanzó un disco, El momento más acuático — de 11 temas que se pasan como una ensoñación ríspida y visceral —, y ya prepara otro álbum para los albores del 2026, Chaotic Neutral, que espera conecte con "la tristeza y el enojo de las personas que se sienten tan hastiadas del capitalismo como yo".
"Creo que es una crisis identitaria millennial — explica a MILENIO sobre la pesadumbre que a veces la envuelve —. Pero se ha visto reforzada por la gente más joven con esa sensación de que el mundo se está yendo al diablo, que hay poco por hacer al respecto; es el amor por la vida y por hacer arte, contrapuesto con todo lo que está pasando".
La sensación de desazón no es nueva para Carla, le viene desde niña: "Que te decían que el mundo se iba a acabar en el 2000, sobre el reloj del cambio climático, la reducción de los glaciares, los cambios de clima en Ciudad de México... Es loco estar viviendo esta disolución en tiempo real".
"¿Cuánto tiempo tenemos como humanidad para darnos el lujo de seguir envueltos en nuestras vidas personales? ¿En qué momento vamos a cambiar todo lo que aprendimos sobre el individualismo para rescatar el barco todos juntos?", son las preguntas que la inquietan.
Aunque no todo es sombrío. La esperanza, aunque no es constante en su vocabulario "porque es pasiva", la encuentra en la presencia y la gratitud: "Quiero creer con desesperación que somos más geniales de lo que me imagino".
— ¿Crees que esa oscuridad también permea el arte actual? ¿Que está decayendo?
— El arte es intocable en ese sentido, es lo más humano. Leí una cita que me pegó mucho, aunque no me acuerdo de quién es: en los tiempos de crisis de la humanidad, el arte es más necesario. Veo a mis amigos, a gente que admiro y a un montón de morros, haciendo cosas hermosas. Y lo que pasa con la IA o Spotify son como mecanismos artificiales que buscan comerse el arte de verdad, pero no van a poder; creo que pronto vamos a salirnos del internet y dejar de darle importancia a estos espacios que no existen.
— Tuviste un problema con una disquera y, hasta donde sé, no podías usar tu nombre (Carla Rivarola) para hacer música.
— No es que me prohibieran usar mi nombre, lo que pasa es que tenía un contrato de exclusividad con cláusulas un poco problemáticas. No puedo entrar en detalles por términos de la rescisión de ese contrato, fue difícil y prefiero ni mover. Tomé la decisión de volverme Carla Fantasma porque no le veía el fin a ese problema, y fue inesperado que, ya con ese mote, sacando canciones y todas las redes, la resolución fue a mi favor.
— Entonces, Carla Fantasma se queda.
— Se queda porque es un concepto que tengo trabajando desde hace más de un año, es un personaje que me emociona y me prende. Sé que no es convencional, va a tomar un tiempo entender que soy la misma persona, pero confío en el poder de mi música actual, que no va a ser algo tan drástico.
— ¿Volverías a firmar con una disquera?
— Es importante como artistas valorarnos. Romantizamos mucho la idea de firmar con una disquera y creemos que nos van a resolver la vida, pero eso no es compatible a cómo funcionan las cosas hoy en día. No es que me cierre, pero dependería de los términos de un contrato, por lo menos ahora entiendo todas las partes. Darle todo el poder a una sola entidad me parece peligroso, pero si fuera alguien que entiende mi concepto, respeta mi trabajo, supongo que sí firmaría. Solo que no creo que eso exista en este país.
— Es una industria voraz...
— Odio la industria, amo la música; sigo haciendo esto porque amo la música, amo a mi público, creo en mí como artista, pero no doy un peso por la industria. Si me toca seguir participando en la conversación, qué hermoso, espero seguir tocando muchos años más. Pero si no toca y llega un momento donde me hace daño, voy a soltar la toalla. Hay que soltar esa idea tan capitalista de sacrificar todo, porque es una industria que espera que el artista se sacrifique.
Como trinchera ante esos "modelos opresivos y abusivos", a mediados del 2025 Carla lanzó un sello, Peces globo, donde reúne y convive con talentos como Matías Murió, "mi compañero de barco, un cantante y letrista poderoso".
Tras tener "malas experiencias" con diversos entres de la industria, los artistas que forman parte del sello apelan a la autogestión y la comunión para crecer (y crear) juntos.
La cantante acentúa que Peces Globo navega con la bandera de acoger "canciones que se sostienen solas, con guitarra, pero con un trip de producción donde no tenemos miedo de mezclar estilos; estamos experimentando con la música popular viniendo de raíces bastante viejitas, como rock and roll de los 50".
"No siento que haya otro sello que, en este momento, esté cubriendo ese nicho. Lo vemos como una manera de protegernos, de usarlo como oficina central donde tenemos una especie de distancia con la burocracia", precisa.
— Ante el auge de las redes sociales, ¿un cantante ya tiene que meterse en el papel de creador de contenido?
— Me encanta hacer contenido, me gusta enseñar música y hablar de problemáticas, a veces hasta puedo ser incómoda de lo honesta que soy. Casi todo el trabajo que he construido dentro de la música ha sido gracias a mis redes sociales. Pero es cíclico: es difícil llevar todo al mismo tiempo, pero, ¿quién lo hace perfecto? No creo que toda la gente que la está rompiendo es porque lo hace perfecto o son maquinas de productividad, es porque una chispa se enciende y algo sucede. Trato de llevarlo más como filosofía: entrenar todos los días, dejé de fumar, veo lo prioritario.
— Con tu música, ¿dónde sientes que encajas?
— Hay arte que es para la gente cool y arte para la gente periférica, que piensa diferente, que siente que no tiene un lugar en el mundo. Me siento de la segunda categoría, soy mas del tipo que hace canciones para llorar.
— ¿Cómo defines la libertad?
— Un artista tiene adentro una perla, como una verdad que habla dentro de uno, y el trabajo es pulirla, no dejar que se empañe. De vez en cuando hay que limpiarla para que las opiniones, los miedos, las inseguridades, cualquier cosa que dañe esa superficie preciosa, no empañen la creatividad. No creo que sea difícil, si realmente te importa lo que haces, mantener alejadas esas cosas que interfieren.
— ¿Y el 'ser artista'?
— Es la persona que tiene el pulso interno de reinterpretar el mundo, y eso lo hace en activo todo el tiempo: te fijas en algo, un color, un sonido, la escena. Somos coleccionistas de instantes y luego hacemos algo diferente con ello.
Al cierre de la charla con MILENIO, Carla Fantasma dice que Chaotic Neutral, de que ya se puede escuchar el sencillo Rori, se define por una dualidad sonora de "vaquero/vampiro, una ternura oscura".
En cuanto a las letras, su vena es "ambientalista y anticapitalista", pues habla "de la rabia que siento y que muchas personas compartimos"
"Si te sientes descolocado o desgastado por el sistema, si estás desesperanzado, probablemente vas a conectar con este disco", advierte. ¿O convoca?